III Jornada Internacional de Mujeres Escritoras
en Brasil
Del 4 al 8 de mayo - Sao Paulo
y San Jose do Rio Preto
Amor y Creación.
La Mujer y el Deseo
Mónica López Bordón
Buenas tardes a todas y a todos:
Para mí es un verdadero placer participar como ponente
invitada en esta III Jornada Internacional de Mujeres Escritoras,
que celebramos estos días en Brasil. Me alegra venir justo
el año en que el poeta Miguel Oscar Menassa es candidato
al Premio Nobel de Literatura, porque me formo en la Escuela
que él dirige: la Escuela de Poesía y Psicoanálisis
Grupo Cero.
Aprovecho la ocasión para agradecer a Isabel Ortega la
invitación y a Gloria Dávila su eficacia, rapidez
y compañerismo, porque también gracias a ella hoy
estoy aquí. Gracias a todas las compañeras escritoras
que participan en estas jornadas, al equipo de organización
y gracias a todas/os ustedes.
El tema que he elegido para desarrollar hoy aquí, como
indica el título, es “Amor y creación.
La mujer y el deseo”. Recorrido que haremos
a través de la poesía como instrumento de conocimiento
y como pilar fundamental del pensamiento universal. Trataremos
del amor, la creación, la mujer y el deseo. Poesía
y Psicoanálisis, una interesante y moderna mirada sobre
la vida de la mujer.
La escritora Soledad Puértolas, que ha entrado este año
en la Real Academia de la Lengua Española, afirma: “Los
hombres han hablado mucho más de todo, y también
del amor. Hablar del amor es una conquista pendiente por parte
de las mujeres”. Apunte éste muy interesante si
hacemos un recorrido por las distintas formas del amor tratadas
a lo largo de la historia de la literatura, donde podemos comprobar
que la mujer era una simple mercancía en un mundo dominado
por hombres y donde la única razón de ser de la
mujer era la procreación para mantener la existencia de
la especie.
“Un día surgirá la joven; surgirá la mujer. Y esas
palabras, joven, mujer, no significarán solamente lo contrario del varón,
sino algo propio, con un valor en sí; no un simple complemento, sino
una forma completa de la vida; la mujer en su auténtica humanidad. Ese
progreso transformará la vida amorosa hoy tan llena de errores (y eso,
pese al hombre, que al principio será superado). El amor ya no será la
relación de un hombre y de una mujer, sino el de una humanidad con otra”,
son palabras de Rainer María Rilke.
Les propongo que descubramos así una nueva inscripción
social de la palabra mujer, del amor, del deseo y de la creación
siendo la conjugación Mujer-Poesía la que nos lleve
por la entrega y el caminar de este encuentro.
Para hacer un recorrido de la historia del amor en la literatura
y en el tiempo he tomado unas notas del interesante libro “Los
miedos del amor”, de la escritora argentina
Norma Menassa: Toda la poesía de Occidente procede del
amor cortés y del román bretón que se deriva
de él; por eso su vocabulario es pseudo-místico.
Los amantes místicos buscan la intensidad de la pasión
y no su apaciguamiento feliz.
El amor son sólo sus palabras y un contratiempo en el
origen se instala. ¿Cuántos hombres estarían
enamorados si no hubiesen oído jamás hablar de
amor? Pasión y expresión se vuelven entonces inseparables,
y la pasión es la fuerza que hace nacer el lenguaje.
A partir del siglo XIV, la literatura cortés se separa
de sus raíces místicas y se ve reducida a una simple
forma de expresión. Es el amor a la mujer ideal: el obstáculo
a la unión amorosa está representado por la exigencia
moral, es un refinamiento del espíritu que debe llevar
a la amante a merecer un don.
En Italia en el año 1230, florece la escuela de los sicilianos
que escriben en un lenguaje elaborado por los poetas de la corte
de Federico II donde la temática es una canción
de amor y el tratamiento que se le da a la mujer es más
platónico que erótico. Mientras, Dante (1265-1321)
años más tarde, desde el norte de Italia, comienza
a renovar el lenguaje simbólico de los trovadores. Pide
más sinceridad y más calor amoroso que él
deja escrito y reflejado en Beatriz.
En la misma época con Petrarca (1304-1374), el poeta del
amor, el lenguaje amoroso se hace pagano, se convierte en la
retórica del corazón humano y hace nacer otro tipo
de poesía. Petrarca canta a Laura como Tristán
a Isolda.
La Edad Media (500-1.500 d.c.) tiene la intención de darle
un estilo a las pasiones y, a partir del siglo XII, se logra
el pleno triunfo del amor cortés. Con el paso del tiempo,
el espíritu crítico se enfrenta a las convenciones
del amor cortés y la concepción naturalista del
amor se enfrenta a la romántica.
En 1547 nace en España D. Miguel de Cervantes, considerado
como la máxima figura de la literatura española
y conocido en todo el mundo por haber escrito “El ingenioso
hidalgo Don Quijote de la Mancha”, que marca un antes
y un después en la literatura universal. Es la primera
novela moderna realista que termina con los arquetipos de las épocas
anteriores, incluidos los arquetipos del amor. Por esa misma época
William Shakespeare resucita el mito del amor cortés a
través de Romeo y Julieta.
Sin embargo Francia se va a desmarcar de esta temática
y en el siglo XVII cultivan, en la primera mitad, la literatura
barroca y en la segunda hacen una apuesta firme por el clasicismo.
Sustituyen el tema del amor por el estudio sobre el hombre y
su carácter. No es una literatura para el pueblo, sino
que el público era la corte y la aristocracia. Destacan
aquí las obras de teatro de Corneille, Racine y la comedia
de Molière.
Los poetas comienzan a leer a Spinoza, que llega con dos siglos
de retraso porque su obra no había sido traducida. El
siglo XVIII es un siglo de melancolía amorosa: el dios
del Amor ya no es un duro destino, sino un niño impertinente.
Casi nada está prohibido. Es el siglo de la voluptuosidad
pero las mujeres no aman con el corazón sino con la cabeza,
libertinas de espíritu definiendo un donjuanismo femenino.
Es la mujer la que sueña con Don Juan. En lugar de la
satisfacción del amor sensual, el amor la llena de inquietudes,
la lleva de ensayo en ensayo, de tentativa en tentativa, un ideal
de mentira y de capricho en los sueños de libertinaje.
Este siglo es demasiado educado para la picardía. Don
Juan es la antítesis absoluta de Tristán, antítesis
verdaderamente perfecta de las dos virtudes del amor caballeresco,
el candor y la poesía. Es la infidelidad perpetua pero
también es la perpetua búsqueda de la mujer perfecta, única,
jamás encontrada debido al errar incansable del deseo.
Rousseau abre un nuevo camino al igual que Hölderlin y Novalis.
Ciertas confesiones se hacen posibles, ciertos sufrimientos se
abren y se atreven a decir su nombre. Richard Wagner hace renacer
el tema cortés y Tristán dice su último
misterio, el tema de los amantes desgraciados es contado nuevamente
por todos los románticos alemanes. Hölderlin y Novalis
claman por el morir juntos y la huida del dolor no es querer
amar más. La poesía se transforma en Nocturnos
y toda la conciencia occidental avanza nuevamente hacia una mística
unitiva.
Baudelaire se convierte en uno de los poetas malditos con sus
retratos de la vida cotidiana parisina y de la mujer en distintos
escenarios. Luego vendrá la Belle Epóque, tratando
de ajustar el mito de Tristán a una sociedad moderna.
Stendhal (Francia, 1783-1842) también escribe del amor,
pero sólo entendido como amor-pasión. Y llega el
cine de Hollywood con final feliz. Llegamos así al siglo
XX donde el amor en psicoanálisis también tiene
su lugar gracias a Sigmund Freud y a su formulación de
la Teoría del Inconsciente que da otra dimensión
y otro lugar a la mujer: Freud diferencia definitivamente a la
mujer y a la histérica, antes de él todas las mujeres
eran histéricas. Freud le devuelve a la mujer la posibilidad
de ser una mujer: una mujer se hace. Le da la posibilidad de
hablar, de conversar, de relacionarse con otras mujeres y otros
hombres. Freud humaniza a la mujer.
Y en el actual siglo XXI en que vivimos, nos encontramos con
la obra de Miguel Menassa, uno de los mayores estudiosos e investigadores
de la mujer durante más de cuarenta años. Escribe: “Cada
mujer es distinta a cada mujer”. Sensacional y magnífico
momento para leer aquí uno de sus poemas publicado en
el libro “Al sur de Europa” porque… ¿Dónde
se puede aprender el amor si no es en los libros?
ARRÁNCAME LA VISTA, AMADA
Arráncame la vista, amada, le dije sin mirarla
y ella, acostumbrada a mis palabras, bajó el telón.
Quedamos, al besarnos, de este lado del mundo,
sin ver lo que pasaba, sin mostrar lo que hacíamos.
Devuélveme la vista, amada, le dije sin mirarla
y ella, acostumbrada a mis palabras, subió el telón.
Quedamos, al besarnos, de ese lado del mundo,
lo vimos y lo mostramos todo, mas todo daba igual.
Déjame como estoy, no toques mi delirio.
Algo te doy amándote y nadie se da cuenta.
Algo me guardo para mí del amor pero no siento nada.
No somos náufragos perdidos, aún no hemos partido.
Aún, amada, nadie ha llegado al puerto
y al llegar no habrá barca esperándonos.
Sólo la bruma de la orilla espera,
sin novedad, sin mundo, volvemos a la página.
Ya fuimos ciegos, ya fuimos videntes,
ya dimos de beber a quien no amaba el agua,
nos sentamos a comer en la mesa de los ayunadores
y una cama vacía de amor la llenamos de lágrimas.
Ya fuimos la luz que no se enciende
aunque de golpe aparezca Aladino.
Ya fuimos los condenados de la tierra
y el dolor de quien nada tiene para sí.
Somos, ahora, como los árboles perennes
que una vez plantados no dejan de crecer;
más allá de los soles, del viento, de las lluvias,
más allá de los tiempos, del amor, de la muerte.
Escribe la poeta y psicoanalista María Chévez: “Creemos
pues, que con la palabra “amor”, en sus múltiples
acepciones, ha creado el lenguaje una síntesis perfectamente
justificada y que no podemos hacer nada mejor que tomarla como
base de nuestras discusiones y exposiciones científicas.
El Eros de Platón, presenta, por lo que respecta a sus
orígenes, a sus manifestaciones y a su relación
con el amor sexual, una perfecta analogía con la energía
amorosa: “Eros” y “Erotismo”. La palabra
griega Eros es la traducción de nuestra palabra Amor”.
Con la llegada a este punto, en el desarrollo de este encuentro,
tenemos que hablar aquí del valioso ensayo de Octavio
Paz: “La llama doble. Amor y Erotismo”: “La
poesía es el testimonio de los sentidos, un testimonio
verídico; sus imágenes son palpables, visibles
y audibles. Aquello que nos muestra el poema no lo vemos con
nuestros ojos de carne sino con los del espíritu. El amor
es dominio de la creación y el tiempo del amor no es grande
ni pequeño: es la percepción instantánea
de todos los tiempos en uno solo, de todas las vidas en un instante”.
Y así, escribe Miguel Oscar Menassa que hay que producir
un tiempo, fabricar un tiempo para el amor, para la creación,
para pintar, escribir. Saber que cualquier palabra se puede
ligar a cualquier palabra. El viaje del poeta es haber escrito
el verso. Sin tiempo no hay humanidad, el tiempo lo produce el
ser humano, el tiempo es el lenguaje, huir de los límites
(ej verano-invierno) y cierta tolerancia con los límites
hace que los límites se expandan. Tenemos que conjugarnos
en el mundo. Un sujeto no es sin otro sujeto. Si olvidamos el
proceso creativo terminamos en la ideología imperante
del Estado, del periodismo, de la crítica…
Toda la energía es del discurso, de la palabra. No hay
trabajos solitarios, ni siquiera para el escritor. Trabajar constantemente,
con persistencia, genera inteligencia y la inteligencia
es para el trabajo, para la poesía.
La amplitud del mundo depende de cada una de nosotras, de cómo
utilicemos las palabras.
La palabra es fundamental y es lo que nos caracteriza como humanos,
lo que nos sostiene. Todo aquello que no se puede hablar se pervierte.
El alma son frases, el hombre, la mujer, el cuerpo es palabra,
el psiquismo es palabra, que es quien gobierna al cuerpo. La
palabra es forma y contenido. La palabra es lo que nos sostiene
como humanos.
Para escribir tenemos que tener libertad. Para escribir, para
ser un creador no puede haber censura.
El escritor nunca sabe lo que está escribiendo. La escritura
piensa y el conocimiento está en los libros. Somos lo
que leemos. Escribir es un trabajo, leer es un trabajo
y , como dice Menassa: “tiempo es una lengua, una escritura”.
En la mujer y en el hombre todo se construye
Octavio Paz (Ciudad
de México, 31
de marzo de 1914 - 19
de abril de 1998), Premio
Nobel de Literatura en 1990, describe el erotismo como un fenómeno
dialéctico también, capaz de brindarnos tanto
vida como muerte. Eros está acompañado de Tánatos:
nos ofrece la creación y la destrucción.
Paz afirma que el amor es inseparable de la poesía:
“Esa palabra eres tú,
esa palabra
te lleva de ti misma a ti misma.
(…)
mujer que eres
es la mujer a la que hablo:
estas palabras son tu espejo,
eres tú misma y el eco de tu nombre”.
Y Miguel Oscar Menassa, candidato al Premio Nobel de Literatura
2010, escribe: “cuando todo está destruido o es
imposible, la única posibilidad es poética. No
es un verso el que nos salva, sino la poesía como un verdadero
instrumento de conocimiento post-spinoziano que modifica para
transformar en otra cosa, lo que lee. Pretendemos una página
en blanco permanente. Ése ha de ser nuestro lecho de amor
y también nuestro campo de guerra”.
La poesía es un mundo que no se puede comparar con otro
mundo y se tiene que comparar desde la poesía misma. Es
ella la que fabrica su poética. En la conferencia “Poesía
y Psicoanálisis” escrita en 1985 en Buenos
Aires por Miguel Menassa dice: “El primer resultado, por
lo menos para Heidegger, fue que el reino de acción de
la poesía es el lenguaje. Por lo tanto, la esencia de
la poesía debe ser concebida por la esencia del lenguaje.
Pero en segundo lugar, nos dice Heidegger, se puso en claro que
la poesía, el nombrar que instaura el ser y la esencia
de las cosas, no es un decir caprichoso, sino aquel que hace
público todo cuanto después hablamos y tratamos
en el lenguaje cotidiano. Por lo tanto la poesía no toma
el lenguaje como un material ya existente, sino que la poesía
misma hace posible el lenguaje. La poesía es el lenguaje
primitivo de un pueblo histórico”.
Por eso es que no se puede dar cátedra de poesía.
Depende de cada una de nosotras, nosotras tenemos que hacer ese
trabajo. Frente a la poesía no existe el racionamiento.
La poesía es una manera fuerte de estar en la vida, es
la que abre el camino. Si hay poema habrá vida. Es la
poesía la que hace que, con el tiempo, exista el amor,
la pasión. La poesía es la historia de la humanidad
y abre mundos, por ejemplo, el mundo del goce.
El nivel de la mirada y de la voz es del orden del deseo. Mirada
y palabras hacen que la mujer de la sociedad actual tenga la
posibilidad de ser una mujer trabajadora. La psicoanalista Amelia
Díez Cuesta nos dice al respecto: “una mujer trabajadora
quiere decir alguien que no sólo trabaja por amor o para
que la amen, sino alguien que trabaja para el orden del deseo
humano, pues sabemos que no hay mal de amores sino mal del deseo.
El deseo transcurre entre palabras, entre él, ella y el
mundo, mientras que el amor es siempre a uno mismo”.
La mujer desea, en ese deseo tiene el trabajo, la creación
y todo ello le da a la mujer otra dimensión, en la propia
historia de la mujer: Mujer trabajadora. Mujer escritora.
La poesía es un mundo posible de ser vivido y un buen
poema es el que resiste al paso de los años. Por eso hoy,
aquí, bajo el título “Amor y
creación. La mujer y el deseo” vamos
a disfrutar la producción de magníficas mujeres
trabajadoras de la poesía que tanto nos han dado a la
humanidad para aprender de la vida. Mujeres escritoras, deseantes,
vivas en la escritura, en la poesía y permanentes en nuestra
vida:
-Olga Orozco. Argentina, 1920
-Sor Juana Inés de la Cruz. México, 1651
-Santa Teresa de Jesús. España 1515
-Emily Dickinson. Estados Unidos, 1830.
-Rosalía de Castro. España, 1837.
-Carilda Oliver Labra. Cuba, 1924.
-Gabriela Mistral. Chile, 1889
-Rosa Chacel. España 1931
-María Chévez, Argentina, 1940
-Alfonsina Storni. Suiza, 1842.
-Alejandra Pizarnik, Argentina, 1936
-Gloria Fuertes. España, 1937
-Norma Menassa. Argentina, 1938.
-Concepción Silva Belinzón, Uruguay, 1903.
-Virginia Woolf. Londres, 1882.
-Carmen Conde. España, 1907
-Giocconda Belli. Nicaragua, 1948
-Blanca Varela. Perú, 1926
-Cecilia Meireles. Brasil, 1901
-Violeta Parra. Chile, 1917
Estamos llegando ya al final y, para hacernos una pequeña
idea de la escritura de algunas de estas poetas, a las que les
invito que lean y disfruten, voy a leer un poema de: Carilda
Oliver Labra, María Chévez y Violeta Parra.
CARILDA OLIVER LABRA
Cuba, 1924
RECADO
Amor, amor de aquí: pásame el brazo
por la cintura. Amor, toca esta frente,
di una frase vulgar, casi inocente,
ríe, ríe después... Tengo un retazo
de sol bajo la tela de mi hombro.
Arráncalo de ahí, dáselo a un nido.
Llora como si ya te hubieras ido,
y cállate en el punto en que te nombro.
Amor, amor, ¡sujétame esta gota!
(¿Verdad que se parece a la mar rota?)
Mi corazón para la luz se cierra.
Al sur de todo vengo abandonada.
Deténme: estoy muriéndome por nada,
arrepentida de mirar la tierra.
MARÍA
CHÉVEZ
Argentina 1940
MUNDO
DETENIDO
¿Era tu tiempo en las tinieblas poesía?
Olga Orozco
Ella habitó en nocturnos infernales
gastando la savia vital que la alentaba.
Vahos errantes la cubrieron en
esas tinieblas sin dicha,
malsanas...
Cayeron con brusquedad las
capas del amor que la cubrían
se quedó muda.
Entonces, maldijo. Se encerró
en vahos tornasolados. La
rabia de la costumbre
trastornada.
Con el odio, arribó a sus
confines la asfixia
la maltrataron y ella no se desdijo.
Se arrebujó en los hedores
más miserables.
Se hartó de fábulas, se
tiñó del revés, se fue a
los últimos extremos de la
propia trampa.
Y se juró una noche
endiablada, nunca volver.
II
Esa mañana el corazón latía
en su mundo detenido
se preguntó -para qué-La
respondió el silencio, la
majestuosidad del día templado
y luego
el temblor de una voz remota.
Se dijo ¿a quién le importa?
Y apostó otra vez,
Al trasluz, sedienta
por una chispa, por un talismán.
Por un minúsculo
y aún por lo herido
y todavía encontró
un recinto palpitante
una esfinge polvorienta
y las respuestas más absurdas
como lagartijas asustadas
en el calor del verano
como bajeles de piratas
en el sobresalto de las galaxias
más errabundas
y un sortilegio
en plena noche,
un recodo de su albergue
-espejos de su sexo y de su voz-,
dios
tránsfuga en su tiempo
concibiendo el milagro.
V IOLETA PARRA (1917,
Chile)
GRACIAS
A LA VIDA
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros, que cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que en todo su ancho
graba noche y día, grillos y canarios,
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario;
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro al bueno tan lejos del malo,
cuando miro al fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es mi mismo canto,
y el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Dice la actriz Katherine Hepburn que “El amor no tiene
nada que ver con lo que esperas conseguir, sólo con lo
que esperas dar, es decir, todo”.
Quiero terminar este encuentro diciendo que la poesía
es el alma de lo femenino y la poesía le pertenece a la
mujer desde siempre.
Una mujer valiente es la que dice: “Me da igual con quien
me compares. Vengo a quedarme”.
Muchas gracias.
Mónica López Bordón
Brasil. Mayo 2010
BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA
Amor, poesía, sabiduría. Edgar Morin.
Editorial Seix Barral. Barcelona, 2001.
Deseo de nada. Amelia Díez Cuesta y Miguel Oscar
Menassa. Editorial Grupo Cero. Colección Leyendo a Lacan.
Madrid, 1996
El Arco y la lira. Octavio Paz. Editorial Fondo de
Cultura Económica. España, 2004
El enigma de lo femenino. Bibiana Degli Esposti. Editorial
Grupo Cero. Colección Hoy en la cultura. Madrid, 1998.
El lector común. Virginia Woolf. Editorial Lumen.
España, 2009
Freud y Lacan –hablados- 2. Miguel Oscar Menassa.
Editorial Grupo Cero. Colección Extensión Universitaria.
Madrid, 2000
La Llama Doble: Amor y Erotismo. Octavio Paz. Editorial
Seix Barral. Barcelona, 1994.
La Mujer Líder. El talento femenino en la empresa.
Marta Romo. Editorial Planeta, Barcelona (España), 2008
La Mujer y yo. Miguel Oscar Menassa. Editorial Grupo
Cero. Madrid, 2000.
La rama dorada. James George Frazer. Editorial Fondo
de Cultura Económica. España, 1994
La verdad de las mentiras. Mario Vargas Llosa. Editorial
Alfaguara. España, 2002
Los miedos del amor. Norma Menassa. Editorial Grupo
Cero. Colección Psicoanálisis y Medicina. Madrid,
1995
Mejor hablar. María Chévez. Editorial
Grupo Cero. Colección Extensión Universitaria.
Madrid, 2005
Miedo a ser. Las imposturas de la feminidad. Carmen
García Ribas. Alienta Editorial. Barcelona (España),
2008
Momentos de vida. Virginia Woolf. Editorial Debolsillo.
España, 2009
Poesía y Psicoanálisis. 20 años de
la historia del Grupo Cero. Miguel Oscar Menassa. Editorial
Grupo Cero. Madrid, 1995
Una antología de poesía brasileña.
Elizabeth Bishop. Editorial Vaso Roto Poesía. Barcelona-México
2009
REVISTAS CONSULTADAS:
APOCALIPSIS CERO
EL INDIO DEL JARAMA
EXTENSIÓN UNIVERSITARIA. Revista de Psicoanálisis
LAS 2001 NOCHES. Revista de Poesía, Aforismos y Frescores
POETAS CONSULTADAS:
Alejandra Pizarnik
Alfonsina Storni
Anaïs Nin
Blanca Varela
Carilda Oliver Labra
Carmen Conde
Cecilia Meireles
Concepción Silva Belinzón
Eladia Blázquez
Eloísa Ibarrola
Emily Dickinson
Gabriela Mistral
Giocconda Belli
María Chévez
María Teresa León
Norma Menassa
Olga Orozco
Rosa Chacel
Rosalía de Castro
Santa Teresa de Jesús
Sor Juana Inés de la Cruz
Violeta Parra
Virginia Woolf
(También la actriz Catherine
Hepburn y la escritora Soledad Puértolas)