12 de julio de 2011
Despedida de solteros de Alejandra Menassa
y Miguel Martínez

Miguel Martínez y Alejandra Menassa celebraron su
despedida
de solteros entre familiares y amigos

Alejandra Menassa, Olga de Lucia, Miguel Oscar Menassa y Miguel
Martínez

Miguel y Alejandra con la familia del novio

Pilar Rojas, Miguel Martínez, Alejandra Menassa y Magdalena
Salamanca

Magdalena Salamanca y Miguel Martínez

Soledad Caballero y Miguel Martínez


Miguel y Alejandra con Leandro Briscioli

Miguel Martínez, Lidia Andino y Alejandra Menassa

Miguel Martínez junto a Clémence Loonis

Rosa Puchol, Concha Osorio y Paola Duchên posan con los prometidos

Los novios junto a Fernando Ámez y Concha Osorio

Con Teresa Poy

Mónica López y Susana Lorente con los novios


Miguel Martínez, Carmen Salamanca y Alejandra Menassa

Miguel, Hernán Kozak, Alejandra, Jaime Kozak y Stella Cino

Socorro Montes de Oca y Ruy Henríquez con los novios

Pilar Rojas, Miguel Martínez, Alejandra Menassa y Carlos Fernández

Con Ana Velasco

Con Soledad Bravo

Los novios con Kepa Ríos

Con Yolanda Suárez
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Magdalena Salamanca |
Miguel Menassa |

La fiesta se celebró con el espectáculo de Poesía y Flamenco:
"Ahora andarán diciendo"
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Kepa Ríos |
Virginia Valdominos |
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Virginia Valdominos y Miguel Menassa


La sala del Viena se llenó de amigos


Kepa Ríos, Miguel Menassa y Virginia Valdominos



A continuación se leyeron poemas a los prometidos. En la foto
lee Magdalena Salamanca

Carlos Fernández

Leandro y Ana leyeron juntos un poema de Oliverio Girondo

Hernán Kozak

Olga de Lucia









Una fiesta inolvidable
BODA DE ALEJANDRA Y MIGUEL
Mis primeros recuerdos contigo,
los leo en los libros,
donde dicen que “los niños corrían por
toda la casa”.
Nuestra primera patria fue
entre versos y asados,
en las tardes de domingo,
en un jardín grande como nuestros sueños.
Después te perdí la pista,
porque en los principios,
dos años son
un océano sin orillas,
una distancia imposible de repetir,
imposible de nombrar.
Luego, temprano, vino la muerte,
recuerdo una noche sin tiempo,
cuando nuestros seres amados dormían,
me mostraste algunos poemas,
que abrieron puertas ya abiertas,
con sabor a lágrimas y futuro.
Después cada uno fue haciendo su camino,
entre textos de medicina, artículos y preceptos
legales,
poemas directos al corazón ,
entre las páginas de Freud.
Y la palabra “lejos” quedó difuminada,
imperceptible,
porque lo construído seguía construyéndose,
porque cuando la vida fue cruel,
tú estuviste a mi lado,
porque cuando tocó reír,
tú estuviste a mi lado.
Así que ahora,
me queda brindar por tí y Miguel,
me queda decirte,
gracias, hermana.
Hernán
Kozak
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