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16 de febrero de 2008

Entrevistamos a Teresinka Pereira

Senadora y embajadora de ISPSP, Parlamento Internacional de los Estados para la Seguridad y la Paz.
Presidenta de IWA- International Writers Association


Nuestro Director, Miguel Oscar Menassa junto a Teresinka Pereira

PUNTO DE VISTA

De Jaime Kozak

Jaime Kozak: Estamos en Madrid con Teresinka Pereira, hoy es miércoles 25 de mayo de 2007. ¿Qué tal, Teresinka?
Teresinka Pereira: Muy bien, estoy muy contenta de estar aquí y de haberme encontrado con el Grupo Cero que fue mi objetivo número uno a mi llegada a Madrid. Estoy muy feliz y muy agradecida a Jaime por estar atendiéndome desde que llegué y llevándome a todas partes y tratándome muy bien... Es él quién consiguió la visita y la entrevista en Grupo Cero y con Menassa también. Todo lo conseguiste tú.
J.K.: ¿Hace muchos años que conoces a Grupo Cero?
T.P.: Sí, desde antes de que llegaran a Madrid.
J.K.: Desde Menassa en Buenos Aires.
T.P.: Sí, me escribía con él.
J.K.:Cuando publicó la revista Grupo Cero número 0....
T.P.: Sí. Siempre yo miré mucho el grupo, lo sentía como un grupo muy fuerte de poesía, y sentía envidia porque era un grupo, tenía más de uno juntos. Entonces hubo un momento en que yo acababa de llegar a los Estados Unidos y estaba sola y no tenía allí a nadie con quién hablar, con quién compartir poesía y vivencias intelectuales, emocionales. Porque la poesía es más emocional que intelectual, entonces yo tenía muchas ganas de estar en este grupo, aunque sabía que no cabía muy bien.


Teresinka Pereira posando con Jaime Kozak, psicoanalista y poeta del Grupo Cero

J.K.: ¿Sabías?
T.P.: Sabía que no encuadraba muy bien, si yo estuviera encuadrada dentro del grupo.
J.K.: Pero estás dentro del grupo.
T.P.: De cierta manera, emocionalmente sí estoy, de admiración y todo eso. Cuando vinieron a España lo entendí muy bien, porque también yo estaba en el exilio y me fui a un país que era hostil a mis ideas, pero donde yo podía seguir mi tendencia revolucionaria. Yo siempre entendí el exilio de todos. Y otra vez me dio envidia porque habían venido en grupo cuando yo fui sola, no fui sola a los Estados Unidos pero me sentía sola. Seguimos vuestra trayectoria, seguí leyendo, compartiendo, también enviando mis poemas y siempre me entendieron, entendieron mi poesía, en un momento muy importante para mí.
En un momento en que no podía ya publicar en Brasil, cuando salí de allí y fue confirmado que yo estaba en la oposición, cortaron mi nombre de todas las publicaciones en Brasil, donde yo era un nombre presente todas las semanas. No por lo que escribía, porque cortaron mis artículos de crítica literaria. De política todavía no escribía pero todo lo demás era censurado, podía escribir un poema de amor que no publicaban porque tenía mi nombre. Y a mí nunca me gustó publicar con seudónimo, me parece que era un robo, que me robaban teniendo que usar un seudónimo. Entonces, aprendí español para publicar. Fue por eso que mi primera idea era aprender español, ir a los Estados Unidos y en lugar de estudiar inglés fui a estudiar español, porque yo sentía podía ser mi primera lengua. Y pasó a ser mi primera lengua, y el inglés nunca fue primera lengua, aunque lo hablo con mis hijos, no es mi primera lengua.
El otro día me sorprendí, después de 40 años fui a escribir un poema y salió en inglés. Primero, me enfadé conmigo misma, no me gustó, pero lo acepté como mi realidad, el inglés es ahora fácil para mí, mi lengua ya no es fácil.
Entonces mi comunicación con Grupo Cero fue vitalmente importante para mi sobrevivencia, yo no conocía a mucha gente en esa época y la Asociación me ayudó a hacer muchas relaciones.


Los psicoanalistas y poetas de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero quisieron brindarle una cálida bienvenida a nuestra invitada. De derecha a izquierda Miguel Martínez, Jaime Kozak, Pilar Rojas, Amelia Díez, Teresinka Pereira, Miguel Oscar Menassa, Carmen Salamanca (abajo), Luis Pereira ( hijo de Teresinka), Olga de Lucia, Magdalena Salamanca, María Chévez. Mónica López, Claire Deloupy, Carlos Fernández y Eva Méndez

J.K.: Para que sobreviva la poesía también.
T.P.: También, pero mi relación con los miembros del Grupo Cero, aunque menos frecuente, no es igual a los miembros de la Asociación de otra parte, que ha veces hay un conflicto muy grande y a veces para mí es difícil tolerar. Yo ya expulsé de la Asociación.
J.K.: ¿Has tenido que expulsar?
T.P.: Llegué a punto de expulsar a un miembro, a un poeta. Fue bastante difícil para mí hacer eso, y el miembro era español.
J.K.: ¡Qué casualidad!
T.P.: Hasta ahora solamente uno fue expulsado, otros salieron voluntariamente. Entonces siempre me sentí sola, pero ya me acostumbré, está bien así, pero hay una comunicación muy íntima conmigo y el Grupo Cero. A veces siento su presencia allá, cuando llegué, ayer, no parecía la primera vez que los veía físicamente.
J.K.: No parecía la primera vez, parecía que nos conocíamos.
T.P.: Parecía que estaba ahí cada semana, cada mes. Yo no soy una persona espiritual pero soy muy física, y el hecho de estar sentada ahí y estar juntos con este grupo y la energía que recibí, fue muy fuerte. Compensó todo lo que pasó antes del viaje y quién sabe, lo que va a pasar, en el encuentro con el Grupo y personalmente con cada uno del grupo, y con las mujeres que mantienen correspondencia y que me mandan las noticias. Saben que yo estoy y me mandan material y me gusta mucho. Fue bueno que me mandaran libros... la poesía fue un encuentro (voy a usar una palabra que nunca uso) místico.
J.K.: Mágico, tal vez, fue un encuentro poético.
T.P.: Mágico, la poeta Irene Mayoral me llamó bruja, puede ser que haya algo de eso.
J.K.: En la poesía cabe todo.
T.P.: Sí, cabe.
J.K.: Cabe también la mística y la magia.
T.P.: ... explicar mi conexión con el grupo.
J.K.: Y, después, fuimos al cine.
T.P.: Fuimos al cine.
J.K.: A ver La familia española en los cines Verdi
T.P.: Otro reencuentro, porque yo había recibido la invitación, estaba muy interesada en verla, yo no creí que fuera a ser posible. Fue como un regalo extra que fuera a ver la película, y me gustó mucho porque es una sátira, pero al mismo tiempo no tanto porque todo lo que está ahí pasa diariamente.
J.K.: Es un retrato.
T.P.: El personaje que Menassa representa, yo conozco gente así, conozco familias así, que no son españoles, es una familia universal, una familia normal, en mi familia pasan muchas cosas así, aunque uno no quiera, uno no lo siente... pero nos obliga, siempre exigiendo la disciplina y estudiar. Yo tuve un poco más de libertad porque mi padre creía que yo era un genio, entonces no me exigía tanto las cosas de la escuela pero yo exijo de mis hijos, porque sé que es importante, el diploma. Los títulos son importantes, y además, me encanta cuando los usan. Son socios de la Asociación Internacional de escritores y artistas, el uso es un honor para mí, para la Asociación.
Yo no selecciono los miembros por la tendencia política, ni racial ni de edad ni nada de eso. Claro, la edad es importante porque un niño que empieza a escribir no va tener la capacidad de crítica necesaria para eso, pero tampoco soy como las otras asociaciones norteamericanas que exigen que un poeta tenga al menos 200 publicaciones en revistas antes de ser aceptado. Uno puede publicar una o dos veces y ser más importante que quinientas veces de otro.
La película me interesó mucho, por que es visiblemente una farsa. La primera vez que la ves es llamativa y tienes que reírte cuando aparece la policía secreta con el aviso atrás. Nosotros conocemos, la gente que tiene problemas políticos conoce a la policía secreta, puede ocultarse como sea, pueden vestirse de curas que uno ya sabe quién es, pero exponerlo es extremamente importante. Me pareció muy bien que haya puesto eso como personaje y la poesía del diálogo, lo más importante de la película es el diálogo.


Teresinka escucha atentamente las palabras que le dirige Menassa

J.K.: Los diálogos te han interesado.
T.P.: Los diálogos, que son varios. Yo digo eso porque algunas veces en teatro uno usa eso en general, pero en una obra de teatro es ideal.
J.K.: Tú también has escrito teatro y has tenido un premio...
T.P.: Sí, con una obra escrita especialmente para sacar el premio, pero fue importante porque era una denuncia de la dictadura, fue muy criticada tanto fuera como dentro de Brasil. Los críticos brasileños que estuvieron en el festival eran pagados por el gobierno.
J.K.: ¿Cuál?
T.P.: La obra del festival. Fue mi primera obra, fue la primera vez que intenté teatro. Pero fue muy importante por la denuncia y por eso fue elegida como la obra brasileña para estar en el festival. Nadie me conocía entonces.
J.K.: ¿Y la poesía es un instrumento para la denuncia?
T.P.: La obra tenía un poema dedicado a Carlos Lamarca, era el capitán que huyó del ejército con un camión lleno de armas y se fue a la guerrilla, la obra terminaba con un poema dedicado a él. Y el actor cuando llegó al final y fue a decir el poema me hizo llorar. Fue una cosa muy exitosa porque la obra fue escrita para el festival. Había aprendido a escribir, tomé clases en México de dirección, de todo lo que podía. Y me avisaron que iba a haber este festival y me invitaron para ir, entonces yo fui a presentar una obra porque había invitación de todos, incluso Augusto Boal estuvo en Argentina.
J.K.: Hemos preparado un pequeño cuestionario, Teresinka, por ejemplo, ¿qué lugar ocupa el hecho de publicar en la poesía?
T.P.: Bueno, quiero decir que las preguntas fueron muy bien hechas, me gustan mucho y tiene mucha importancia en lo que yo quiero responder y quiero que sepa el Grupo Cero, porque para ellos, para ustedes estoy hablando.
Yo soy muy vanidosa para eso porque me gusta publicar. Es muy importante para mí, es un regalo, porque cuando yo escribo un poema, primero es un regalo para mí misma, yo sé que para otros poetas, para mi hijo, por ejemplo, cuando tú pones en el papel, expresas una cosa que te molesta físicamente, intelectualmente, emocionalmente, te alivias un poco. Entonces en primer lugar yo escribo poesía por eso, algo que yo necesito sacar de mi sistema, después es un regalo que doy a otra persona. Principalmente a otros poetas porque me interesa que los poetas me lean, no me interesa tanto que otra gente que no sabe de poesía me lea, pero está bien si quieren leer. Pero cuando un comentario que me viene de vuelta es de un poeta y que yo veo que entendió, entonces es un regalo mucho más grande que el regalo que yo le di.
Para publicar es muy difícil coger parte del mundo.
J.K.: Un poema se completa con el lector.
T.P.: El hecho de que esté escrito en un papel que se va a vender o no, pero que cuesta caro hacer.
J.K.: Un poema guardado todavía no es un poema.
T.P.: No.
J.K.: Se completa un poema cuando circula, implica otras vidas.
T.P.: Cuando está publicado es completo, porque antes de escribir el poema ya nació y cuando uno lo pone en el papel ya empieza a salir, después el próximo paso es la publicación. Para mí la publicación representa hacer el poema otra vez. Si un poema es publicado una vez fue hecho dos veces, pero si fue publicado cien veces fue hecho cien veces, así es mi idea.


De derecha a izquierda los poetas y psicoanalistas Amelia Díez, Miguel Martínez, Jaime Kozak, Pilar Rojas, Teresinka Pereira, Miguel Oscar Menassa, Cruz Gonzalez (abajo), Luis Pereira, Olga de Lucia, Magdalena Salamanca, Mónica López, María Chévez, Claire Deloupy, Carlos Fernández y Eva Méndez

J.K.: Muy interesante. Y los premios, ¿te parece que son importantes para un poeta?
T.P.: También, son tan importantes como publicar porque es un reconocimiento del trabajo emocional de uno. La gente común tiene vergüenza de decir lo que siente, nosotros no, nosotros queremos decir lo que sentimos, y nunca tenemos vergüenza de lo que sentimos. Los premios son un reconocimiento de nuestra humanidad. Siempre me preguntan ¿qué es la poesía? ¿qué es la lírica? Es un gran reconocimiento de nuestra humanidad, porque sólo el ser humano, que tiene ese sentimiento humanitario de comunicación, puede escribir poesía.
Frey Betto, que es mi amigo, no es poeta. Él escribe prosa. Le pregunté ¿por qué no escribes poesía? Me dijo: Porque la poesía es el lenguaje de los ángeles.
Tiene razón porque el ángel es ficticio, es inocente, es una creación de la inocencia, nosotros hablamos en este lenguaje, que es más importante que todo.
J.K.: El corto que vimos ayer está basado en un poema del libro La mujer y yo de Miguel Menassa. La poesía de Miguel Menassa es muy generosa en ese sentido.
T.P.: No voy a decir que es erótica, pero es muy sexual y esa es otra parte de nuestra humanidad, es una parte muy importante. No voy a poner en una escala cual es más importante, es parte del amor y es una parte muy importante y eso está en el diálogo, por eso dije que el diálogo era muy importante porque ahí está, no hay escenas como usa Hollywood y las películas brasileñas.
J.K.: En la palabra es más fuerte.
T.P.: La palabra es más fuerte que la imagen, en este caso. La palabra es mucho más fuerte, porque uno ve y dice, “será que entendí, será que no” y va pensando, y va a pensar por toda la vida, a veces. Y eso él lo tiene. Yo ya cité poniendo el nombre de muchos de los versos de Menassa porque parecía que eran míos y para estar segura que nunca iba a repetir como mío yo siempre pongo el nombre de él abajo.
J.K.: Tú eres una activista de la paz, de los derechos humanos y estas ocupaciones tuyas hacen a la poesía o se ven reflejadas en la poesía. ¿O la poesía es un instrumento, un arma contra el enemigo?
T.P.: Sí, están reflejadas en la poesía, pero no como el amor, porque mi poesía amorosa es muy auténtica y es buena, yo sé que es buena. La poesía revolucionaria no como Pablo Neruda lo hacía, todavía no lo he logrado, pero lo intento, sigo intentándolo, algún día será, y todo eso hace que yo me sienta parte del proceso revolucionario. Yo creo como Fidel Castro que la revolución es una cosa en movimiento, que nunca va a terminar.
J.K.: En movimiento permanente.
T.P.: Y yo quiero ser parte de ese movimiento. Espero que consideren que yo hago para formar parte de ese movimiento.
J.K.: Y la poesía es imprescindible, claro.
T.P.: La poesía está ahí, Ché Guevara ahí en Bolivia muriéndose de asma y de tiros, él tenía un libro de poesías, él estaba leyendo poesía.
J.K.: Claro, como que la verdadera historia de los pueblos está en la poesía.
T.P.: Lo primero que empezó en literatura fue la poesía. El momento en que el ser humano empezó a pensar y a amar con conciencia ahí ya está la poesía y hay muchas cosas que no están escritas pero que también es poesía.
J.K.: Y ahí el cine y el teatro son instrumentos, son caminos.
T.P.: Para mí el teatro y el cine son la misma cosa, sólo que uno se puede divulgar más que el otro.
J.K.: Que puede llegar a mucha más gente.
T.P.: Y el cine con más amplitud porque se pueden usar escenarios grandes, más gente y el lenguaje cinematográfico es más complejo que el de teatro, pero el lenguaje de teatro es más bonito y en la película de Menassa el lenguaje es de teatro porque es un poema y el lenguaje de teatro es mejor....
J.K.: El teatro clásico usa el verso, Lope de Vega, Calderón...
T.P.: Y yo cuando escribía teatro, ahora hace mucho que no escribo teatro porque no hay tiempo, yo siempre incluí la poesía, porque hace más efecto en el público.
J.K.: Dices que siempre incluiste versos en tus textos teatrales.
T.P.: No versos como lo hizo Menassa, pero un poema sí y a veces intentaba ponerlo al final para tener un gran final y siempre este poema era el que daba éxito a la obra porque requería un actor que pudiera declamar.


Menassa lee a Teresinka algunos versos como homenaje

J.K.: El Grupo Cero a nivel internacional ¿qué te supone? ¿qué supone la existencia del Grupo Cero?
T.P.: Es una certeza que el Grupo Cero ya tiene una trayectoria internacional. Salir de un país e ir a otro ya es internacional, pero no sólo quedó en eso, el Grupo quedó fuerte, es la prueba de que la unión hace la fuerza y es muy original, es un grupo único porque además de la poesía tiene eso del psicoanálisis y es el único grupo que lo pone junto. Yo no sé desde adentro, pero desde fuera parece que hay una selección de integrantes para el grupo, porque son todos excelentes, las publicaciones son excelentes. Yo imagino que, a diferencia de las asociaciones internacionales, que no tienen una selección absoluta de calidad, el Grupo Cero sí la tiene, de tendencias, de calidad, y de respeto mutuo, porque al mismo tiempo que cada uno tiene una trayectoria junta, cada uno tiene una individualidad perfecta. No se puede confundir un poeta con otro ni comparar, son tan diferentes, eso hace que también sea tan internacional, y además tiene traducciones. La unión conmigo personalmente también pone unión con la Asociación Internacional de escritores y artistas, con mucha gente, que a veces ni la entienden y yo al planear mi encuentro, encuentro formal con el grupo que son ahora, noté que el grupo es muy importante y noté la importancia por la envidia que causan a los que no pertenecen al grupo. Llegaron a usar el tema de la “mafia”, porque me parece que ustedes no aceptan ciertas personas o que esa persona no tiene las cosas necesarias para integrar el grupo, y que entonces les da un poco de envidia, que querían pertenecer al grupo y no pueden o que hay algún problema con eso por ser simplemente de la rivalidad natural que hay entre los poetas, principalmente una rivalidad de calidad.
Cada uno de nosotros creemos que somos excelentes, que somos perfectos.
J.K.: Cada uno de su padre y de su madre.
T.P.: Y para que uno sea excelente hay que sufrir la crítica, otra cosa que es importante en la publicación. Si tú no publicas no recibes crítica y la crítica nos hace crecer, la crítica no es mala, es buena, muy buena.
J.K.: Recién al publicar se está en condiciones de ser criticado.
T.P.: Tiene que aceptar, y no sólo eso, tiene que aprender de eso. A veces la crítica nos ayuda mucho, nos da rabia, esa es la crítica que nos ayuda más.
J.K.: La crítica negativa de tu primera obra te llevó a escribir.
T.P.: Me llevó a escribir una obra que era perfecta.
J.K.: Que pudo ser premiada.
T.P.: Que fue premiada. Para mí, la primera era más importante, pero para el resto de la humanidad la otra es importante porque enseña algo, tiene algo de mí. Había una lucha política en la obra para niños, era casi una parábola. Pero si no fuera por la crítica no la hubiera escrito. A mí me critican mucho mi poesía.
J.K.: La rabia es una fuerza poderosa, el odio.
T.P.: Es la que nos conduce, es como la oposición, si no hubiera oposición no habría progreso en ninguna parte ni libertad ni democracia ni nada. Nosotros necesitamos la crítica. Y necesitamos aprender, con rabia o no, tenemos que publicar.
J.K.: La historia es también un poco la historia de los procesos ideológicos digamos y la poesía va mostrando esa polémica.
T.P.: Tenemos que separar la poesía amorosa, para mí sólo existen dos clases de poesía: la poesía amorosa y la poesía política y están separadas. Aunque la poesía amorosa es muy importante para nosotros y es muy buena y sabrosa de leer y de disfrutar y de sentir, la poesía política es muy importante porque esa es la poesía que va a cambiar la mentalidad de los lectores, que son pocos. Hay poca gente que lee poesía y menos todavía los que leen y entienden la poesía. Los lectores son muy importantes por eso, si ellos entienden, estamos comunicando. Si no entienden, los estamos alejando.
J.K.: Y la poesía es lo que perdura del hombre, es lo que permanece. Además, todavía estamos leyendo poesías anteriores a Cristo.
T.P.: Hasta los contemporáneos que murieron y que los citamos todos los días.
J.K.: Entonces viven.
T.P.: Yo creo que la muerte de uno es muy importante para la poesía también, porque ahí nos va a ayudar a analizar verdaderamente lo que queremos.
J.K.: Muy interesante el tema de la puntuación, como señaló Menassa el otro día, que la puntuación es la presencia de la pulsión de muerte..
T.P.: Morimos un poco.
J.K.: Algo que se termina.
T.P.: Pero esa muerte que hablaban no es una muerte... es la inmortalidad. Es lo que yo digo en la asociación: cuando un poeta muere pasa a la lista de los inmortales.
J.K.: De los inmortales, si es un buen poeta.
T.P.: Y entonces empezamos a leer. El poeta Dennis Kann era un poeta antes de morir y fue otro poeta después de morir, porque lo leí, lo leí antes de conocerlo, lo leí mientras estaba escribiendo y lo leí después que murió y la poesía de él es otra, después de muerto la poesía de él me parece otra.
J.K.: Hay algo inconsciente también en la poesía, porque la poesía no es algo que se razona previamente a su producción, es un poema cuando sorprende al que lo escribe, cuando se produce.


Teresinka y Luis Pereira en un momento de la recepción de bienvenida

T.P.: Inconsciente.
J.K.: Claro porque la poesía también se podría pensar que se produce en el papel.
T.P.: Yo creo que tú sabes más de eso que yo, porque tú eres psicoanalista. Para mí el momento de escribir un poema es el momento más lúcido que tengo. No estoy inconsciente, estoy muy lúcida y consciente. Nunca escribí sin saber qué iba a hacer. Cuando yo escribo, está todo listo.
J.K.: Y después eres una lectora de tu poesía.
T.P.: No lo cambio mucho, a veces lo cambio en la traducción por la forma, pero lo esencial está ahí, no consigo cambiar. Ahora sí me pasó eso, leer un poema que escribí hace muchos años y no reconocer que es mío.
J.K.: Encuentras nuevos sentidos.
T.P.: Si no lleva mi nombre, yo tengo dudas de quién lo escribió.
J.K.: ¿Quién lo escribió?
T.P.: No sé si fui yo. Porque la trayectoria es muy grande, yo ya soy mayor. Escribo desde los seis años de edad, entonces hay mucha costumbre. También pasó que cuando yo publiqué mi libro por la primera vez...
J.K.: Tu primer libro.
T.P.: Fue en los setenta, que yo incluí todos los poemas que me parecían más o menos desde los 12 años. Y los poemas de los 12 me parecían mejores que los que estaba escribiendo entonces....
J.K.: ¿Cuál era el título de tu libro?
T.P.: Torre de mitos. Fue publicado por la Imprenta Oficial del Estado de Minas Gerais. Porque como yo estaba sufriendo todo ese bloqueo de la imprenta, un gran amigo que no era poeta pero que me quería mucho, él me lo dijo: “¿Por qué no reunimos tus poemas y publicamos ya un libro, porque ahí no lo pueden censurar?”. Y salió este libro. Antes había salido uno que ni vale la pena mencionar porque yo era muy joven y que lo publiqué con otros 3-4 poetas. Yo no considero ese el primero porque no estaba sola yo.
Yo no publico muchos libros, no tengo interés en publicar libros.
J.K.: Pero publicas mucho en poesía.
T.P.: Tengo 3.000 poemas publicados. Que muchos ni he visto, pero apuntados tengo casi 3.000, contando las traducciones.
J.K.: ¡Tres mil poemas publicados!
T.P.: Tres mil publicaciones, que no deben ser poemas porque como yo considero que un poema que he publicado cien veces vale cien poemas. Yo aprendí eso cuando era profesora y me pagaban por publicar. Ahora ya no tengo esas agencias, ahora es muy difícil publicar, pero toda mi poesía política, cuando yo vine, mi contacto con América latina, mi primer contacto fue la Casa de América en Cuba. Entonces ellos distribuían mi poesía. Y entonces iba a todas partes, la verdad es que tuve mucha suerte.
J.K.: También eres una gran trabajadora de la poesía.
T.P.: Sí, yo trabajo mucho, sí... Disfruto con mi vida, es todo lo importante.
J.K.: En nuestra revista Extensión Universitaria, hay una frase de José Martí que dice “El camino de la felicidad se alcanza por el trabajo.”
T.P.: Yo siempre digo, fue por mis hijos, estoy en mi oficina sentada escribiendo poesía y llega un niño “ah, que quiero eso” “estoy trabajando” y me deja en paz, y si digo “estoy escribiendo poesía”...
J.K.: La presencia de la mujer en el encuentro con el Grupo Cero ¿qué te ha parecido?
T.P.: Me pareció fantástica porque fue una sorpresa muy agradable ver tantas mujeres, porque en general estos grupos de escritores y he pertenecido a muchos, nunca hay mujeres o, si hay, hay una, a veces yo soy la única, a veces hay dos. Siempre son los hombres que escriben yo no sé por qué. Me preguntan algunas cosas, por ejemplo: “por qué yo uso la palabra poeta en masculino para las mujeres”. Y tiene que ver con mi infancia porque mi tía era muy intelectual y mi padre quería que fuera escritora, que escribiera porque decía que no había ninguna en la familia y que era muy importante para ellos.
Yo crecí en una biblioteca, mi familia era muy intelectual, pero no escribían, y cuando yo empecé a escribir mis primeros poemas me llevaban como la poeta a las fiestas de palacio para exhibir, yo leía aquello pero era en fiestitas. Después empecé a ver que cuando daban fiestas venían esas poetisas que escribían sobre los cumpleaños y decían su poesía, que a mí no me gustaba nada, porque era siempre lo mismo y tenían rima y no me gustaba; entonces yo relacioné que eso eran las poetisas, no eran poetas. Yo siempre escribí como hombre. Soy muy femenina pero cuando escribo yo no quiero ser poetisa, yo quiero escribir la poesía.
J.K.: Sin género, no de hombre o mujer.
T.P.: Colectivamente buena. Hoy en día yo escribo poesía para celebrar el cumpleaños de los amigos, pero no es la misma poesía que yo oía en las fiestas.
J.K.: De cuando eras pequeña.
T.P.: No tolero la rima.
J.K.: No la poesía como un elemento de adorno.
T.P.: Me parece que hacen la poesía fea y la repetición tampoco. Sí, se repite una palabra para dar énfasis, un verso, eso sí, pero que repitan otra cosa que ya vienen diciendo lo que dijo Rubén Darío y que siguen repitiendo las mismas imágenes, eso son cosas de poetisas. Yo no veo a los hombres hacer eso.
J.K.: La imagen es muy importante en la producción de la poesía.
T.P.: Es muy importante porque eso es lo que causa la impresión, eso es lo que nos hiere la piel y la sangre y el corazón y todo.
J.K.: La imagen poética.
T.P.: La imagen, la metáfora que es fuerte que te hace reconocer. Cuando yo era estudiante, mis colegas odiaban las clases sobre Góngora, yo estaba en el cielo, cuando el profesor nombraba a Góngora yo era feliz, yo iba a aprender, ahí iba a aprender la poesía, porque yo sabía descifrar todo eso.
Entonces, las imágenes son importantes porque eso es lo lírico, decir lo que todos decimos uno para el otro diariamente no aporta nada, pero decir de una manera original que tú inventaste, encontraste una manera nueva es una sorpresa, eso sí es la poesía. Eso es general, la gente del Grupo Cero escribe esa clase de poesía macha, no repiten cositas de familia.
J.K.: De lugares comunes.
T.P.: Los lugares comunes son pornográficos para mí, es indecente
J.K.: Morir es indecente, dice María Chévez en un verso.
T.P.: Es una herida tan grande que decía, la sangre es oscura, no vale la pena...
J.K.: “El que repita lo hecho jamás la encontrará”, dice Menassa en un Manifiesto.
T.P.: Yo valoro mucho la familia, yo no tuve, mi familia era un desastre, entonces yo valoro mucho la familia, pero hasta una vaca puede tener una familia, un cachorro. Si nosotros pudiéramos pensar esta situación y podríamos amar a un hijo, más allá del hecho de que es nuestra carne, eso es lo importante.
Yo entiendo que ciertos poetas, grandes poetas que hicieron buenos poemas, sobre la familia, los hijos y el amor, o poemas para la mujer, la esposa.
J.K.: No la mujer, sino su mujer.
T.P.: Su mujer, su esposa, no digo mi mujer. Hay una diferencia entre esposa y mujer. ¿Por qué? Porque la quiere agradar, entonces escribe una poesía que no es, una poesía que no vale nada, vale por su objetivo.
J.K.: Que con el sentimiento no alcanza, dices.
T.P.: No comunica a otra persona. Yo a veces escribo para otra persona, ya encontré varias veces a una persona, hombres, que me dicen, tengo a esta muchacha que quiero agradar y necesito un poema para ella, tú me ayudas y yo le ayudo. Yo no tengo que estar inspirada para escribir, a mi hijo no le ayudo, porque a veces tengo celos de sus novias. Yo quiero ser tan bonita como la novia y mi prudencia es decir, no, no tiene nada que ver, pero él escribe mucha poesía amorosa, para agradar a la muchacha, y está bien. Pero que obligue a otra persona a leer esa poesía no está bien. Es aburrido.
Tengo montones de libros de poetas de la Asociación que me mandan y yo empiezo a leer y leo un poema y lo dejo para terminar cuando tenga tiempo y claro que lo voy a hacer, pero yo veo que como hay este criterio de calidad, tengo hasta miedo de leer pero lo leo por curiosidad hasta el mismo día que recibo los libros. Del Grupo Cero yo los leo rápido. Y los que me mandan por Internet yo los imprimo para leerlos otra vez con tranquilidad, porque la pantalla me molesta la vista, yo tengo los ojos muy claros, los ojos no son azules, son ceniza y entonces la luz me ofende mucho.
J.K.: Ojos muy bonitos.
T.P.: No puedo estar mucho tiempo enfrente a la pantalla, entonces yo lo imprimo y después lo leo y a veces me da envidia, a veces respondo. Me gusta mucho tu poesía, tú lo sabes, me gusta también mucho la poesía de Carlos Fernández del Ganso, me encanta la poesía de él, a veces le respondo, a veces mando la respuesta para mucha gente, porque es una poesía muy comunicativa y de calidad y creo que la gente puede aprender mucho, nosotros aprendemos mucho unos con los otros.
J.K.: Sí. Bueno vamos a ir terminando.
T.P.: Quiero una pregunta personal tuya.
J.K.: Yo la debo haber hecho sin darme cuenta también, porque me dejé llevar, no la escribí, no todas las preguntas que te hice estaban escritas previamente. Yo estoy muy contento de que hayas podido venir a Madrid y que nos conozcamos personalmente, porque formas parte de nuestra escritura y de nuestra vida en la poesía.


Teresinka junto a Jaime Kozak, en un momento de la entrevista

T.P.: La comunicación física es muy importante porque yo creo que todas nuestras energías están en la sangre y en el pensamiento y cuando uno está junto, uno siente ese intercambio que es importante que puede funcionar y puede no funcionar, pero en el caso del poco contacto que yo tuve, puedo decir que sí, que funciona, yo me sentí bien de estar cerca. A veces no es necesario ni hablar porque yo sé lo que estás pensando y tú sabes cuál es mi reacción. Es muy importante. Y saber también cómo funcionan ustedes. Yo vengo de fuera, pero ahí estaban juntos. Yo estaba ahí adentro pero estaba observando como son juntos y la manera como los hombres tratan a las mujeres me dio mucha envidia, quería ser una de ellas, ser tratada así.
J.K.: En el encuentro de ayer.
T.P.: Porque había muchas mujeres pero cada una se sentía muy feliz, y se reía, estaba feliz, son respetadas, y yo no digo respeto en el sentido de que a una la traten de señora y eso, digo que respetan su integridad poética, su integridad intelectual, eso para mí es mucho más importante que lo demás. Me quedé muy contenta por eso.
Y no sería posible saber eso sin estar allí, sin ver cómo hacen todo.
J.K.: Sin vernos.
T.P.: Entonces tenía ganas de regresar otra vez y de participar de las clases, de algo así.
J.K.: Que hubiera más encuentros. Esperemos que sí que haya más encuentros. Gracias, Teresinka.
T.P.: Gracias a ti.

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