Una saeta rubia en Buenos Aires
Punto de vista
de Tom Lupo
Durante Agosto recibimos en Buenos Aires la visita de Alejandra y Fabián Menassa y de Olga de Lucía. El motivo principal del viaje de Alejandra Menassa fue dictar un Curso de Dirección Empresarial por confianza, que se realizó en la Escuela Grupo Cero Buenos Aires. Fue un miércoles, la sala estaba llena y el entusiasmo era mucho. Y Alejandra no sólo no defraudó ese entusiasmo, sino que nos sorprendió con un estilo que combinaba el saber con el sabor de un muy buen humor y con respuestas muy amables a las intervenciones del publico asistente. Los ejemplos de cómo la neurosis bloquea el rendimiento del sujeto y por ende de la empresa fueron más que didácticos y tomados de diferentes escuelas de la psicología práctica y por suerte, el nombre de Freud aparecía en momentos claves para recordarnos el genio del gran maestro. Al mediodía, mientras saboreábamos unos bocadillos muy ricos, se deslizaban por parte de los concurrentes, comentarios muy laudatorios para el estilo de Alejandra. Fue una excelente jornada, después de la cual todos sentíamos que salíamos sabiendo algo más de nosotros mismos y de los demás.. Ojalá a la conferencista le haya pasado lo mismo.
Hay que mencionar que en los días previos, Alejandra se preocupó por la prensa, por los carteles y por todos los detalles, por supuesto que nosotros la acompañamos en ese vértigo y apenas nos poníamos a descansar, descubrimos que duró poco, porque 48 hs después se vino su recital de poesía “Amar en Buenos Aires”, que se realizó en el Club Atlético Palermo, con acompañamiento de guitarra y todo. El lugar fue cedido por integrantes de Grupo Cero Buenos Aires, que además se encargaron de preparar una gran cena, así que podemos decir que estuvimos en un verdadero Bacanal de Poesía y Manjares.
Yo tuve el honor de presentar a Alejandra, leímos juntos un poema y luego Alejandra realizó un recital impecable, mostrando un manejo extraordinario de nuestra hermosa lengua y tomando poemas de sus anteriores libros y adelantando algunos poemas del próximo a editarse.En un momento invitó a Fabián a leer algún poema de su pertenencia y por supuesto Fabían había llevado “casualmente “ algunos en sus bolsillos. Los poetas siempre están preparados para esas ocasiones. Fabián fue muy aplaudido por sus hermosos poemas, uno largo y uno corto. Alcancé a mencionar que es singular que un padre poeta como Miguel haya logrado que todos sus hijos se internen en la materia, cosa que no suele suceder en otros casos.
Un detalle nada menor, algunos poemas de Alejandra fueron tan apasionados, que como había familiares de ella en el envento, tías, tíos y hasta abuela, tuvo que aclarar que esas historias no eran de ella, sino de la “poeta” , cosa que nos alegró el ánimo a todos y arrancó legítimas risas.
Fue una fiesta poética inolvidable y el paso de Alejandra por Buenos Aires, queda bien resumido en el título, fue una verdadera saeta rubia cruzando el Sur.
