"Tuve influencia cuando era muy chico de algunos autores como William Faulkner, que me llevó a entender a Sigmund Freud, una obra con grandes paréntesis, grandes espacios psíquicos… y a los 12 años comencé a escribir poesía", cuenta en diálogo telefónico con Télam.
"De los poetas de Buenos Aires, me dejaron una huella (Enrique) González Tuñón, (José) Portogalo, (Jorge Luis) Borges un poco menos, (Nicolas) Olivari… algo parecido a la generación del 27 de España", reflexiona.
Menassa recuerda una anécdota con González Tuñón en la casa de Portogalo donde a los 17 años le muestra un cuaderno lleno de poemas: "Lo leyó y me preguntó para quién escribía. Yo le contesté: `Para el pueblo` y me contestó entonces que tenía que hacerlo mejor y aprender a puntuar. Rompí el cuaderno y escribí `Pequeña historia` (1961), que es mi primer libro".
A los 18 años el poeta empieza a estudiar Medicina para cumplir con el deseo de su padre, pero interrumpe la carrera por el servicio militar. Luego viaja a Europa, donde reside en Milán por dos años y allí conoce a Eugenio Montale, Umberto Eco, Alberto Moravia y Salvatore Quasimodo, entre otros escritores italianos.
A mediados de la década del 60 regresa a Buenos Aires, y en 1969 se recibe. "Esta profesión terminó por entusiasmarme y ahora a los 70 años quiero que me reconozcan como médico".
El libro "Los otros tiempos", es la historia del grupo con el que Menassa se reunía todos los viernes para hacer una revisión crítica de Freud. "Con esa gente fundo en 1971 el Movimiento Científico Cultural Grupo Cero y redacto un manifiesto con el objetivo de mostrar las relaciones estrechas entre el psicoanálisis y la poesía. Entre la teoría del valor y la teoría psicoanalítica".
"Como bien dijo Octavio Paz, `la poesía es un instrumento de conocimiento`, sentencia Menassa, cuyo libro `¿Perversión?` o `¿La muerte de la palabra?`(1978) "para mucha gente abre el campo del psicoanálisis a la poesía".
Ya en 1975, todavía en la Argentina, su libro "Yo pecador", había tenido una gran repercusión: "Más de mil personas asistieron a la presentación que se hizo en el Teatro General San Martín y tuvieron que habilitar otra sala", rememora.
A la novela, llega tardíamente en 1989 con `No ve la rosa`, luego le seguirán "El sexo del amor" (1999), "El indio del Jarama. Editoriales" (1992-1997), "Poeta condenado" (2000), "Cartas a mi mujer" (2001) y "Monólogo entre la vaca y el vagabundo" (2002).
"`No ve la rosa` es la historia de una comunidad, aunque la literatura transforma lo que toca en otra cosa: aunque uno cuente la pura verdad, sale otra verdad", considera.
En 1976, debido a amenazas veladas, el poeta y psicoanalista viaja a España, país en el cual se queda a vivir de forma definitiva. "Yo llego en agosto y en octubre di mi primer recital de poesía y abrí un grupo sobre la obra de Freud. Me costó más trabajo adaptarme al aceite español que a mi trabajo", evoca.
"En esos primeros años estuve muy nervioso y comencé a pintar -apunta Menassa-, pero seguía con todas mis otras actividades. El Grupo O de Buenos Aires, lo traslado a España con gente más joven. Era un grupo de psicoanalistas que me propusieron una coordinación grupal de la obra de Freud y Lacan. Y al cabo de una semana me dicen de crear la Escuela de Poesía y Psicoanálisis (1981)".
"Ahí se forman muchos de mis más dilectos discípulos, como Pilar Iglesias", dice y explica: "Los psicoanalistas en esta escuela deben escribir poesía hasta que lo hagan tan bien como para publicar y tienen que escribir sobre psicoanálisis para mostrar como les fue transmitida esta disciplina. Uno se entera por la escritura".
Un Coloquio sobre Freud y Lacan, dado en Buenos Aires en 1999, "fue muy importante porque muchos querían que el cuerpo le ganara a la palabra. Y yo se que el cuerpo existe, porque existe la palabra, esa fue mi lectura".
"Yo me considero un clásico, soy poco romántico, he preferido ir sumando: poesía, psicoanálisis, pintura, narrativa, canciones y cine (dos largometrajes y muchos cortos)", enumera.
Sin embargo, afirma Menassa, "creo que el psicoanálisis ha estado presente en mi vida de una manera total: muchas cosas las he hecho para que el psicoanálisis llegue a la mayor cantidad de personas".
Entre sus textos poéticos figuran "El amor existe y la libertad" (1984), "Un argentino en España" (1987), "Poemas y cartas a mi amante local, joven, poeta, psicoanalista" (1987), "La murga del solo. La guerra del Golfo" (1995), "Llantos del exilio" (2001), "Al sur de Europa" (2002), "La maestría y yo" (2007).
Al referirse a los grandes temas de su obra, Menassa dice que en poesía toca todos ("el amor, la revolución, la muerte, la paz) y en las otras disciplinas "el sexo y la muerte siempre me acompañan".
"Un amigo mío me dijo un día: `La muerte tenela cerca, porque te mata después`", desliza con un humor que sobrevuela toda su obra el referente principal de la Escuela de Poesía y Psicoanálisis del Grupo 0 de Madrid y supervisor de su homónima porteña. (Télam).
