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10 de diciembre de 2010

Presentación del libro "Mi vida, los caminos" de Inés Barrio en Buenos Aires


La poeta y psicoanalista Inés Barrio presentó su libro en la sede del Grupo Cero de Buenos Aires

Presentación de Lucía Serrano

Presentación de Renata Passolini


La Dra. Norma Menassa, poeta y psicoanalista, Directora de la Escuela de
Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero Buenos Aires, junto a Inés Barrio


Inés Barrio, Marcela Villavella, Norma Menassa, Renata Passolini


Marcel Villavella, Norma Menassa e Inés Barrio


Mariano Maure, Marcela Villavella y Norma Menassa


La sala se llenó de amigos y amantes de la poesía


Lucía Serrano. Renata Passolini y Marcela Villavella antes de las presentaciones


Renata Passolini presentó el libro


La poeta Lucía Serrano también hizo su presentación


Norma Menassa e Inés Barrio


La autora leyendo algunos de sus poemas


Luego firmó libros a los asistentes


Norma Menassa e Inés Barrio


Lucía Serrano y Jorge Montironi


Jorge Dini e Inés Barrio


Inés Barrio y Enriqueta Mayo


Gaby Melluso, Patricia Di Pinto, Paula Rodriguez Melluso y Marcela Villavella

LIBRO DE INÉS BARRIO – MI VIDA, LOS CAMINOS

Me hace muy feliz estar hoy aquí entre nosotros, presentando el libro de poesía “Mi vida, los caminos” de la Dra. Inés Barrio, colega, amiga, hermana. Nos acostumbramos a vivir la vida siempre de viaje, andando y sobre todo recordando, aquel olor, aquellas palabras, aquel furor por todo lo verdadero, las ansias de poder con lo imposible, siempre el oleaje marino en nuestra sangre.

Dedicamos horas enteras a recrear el Verbo, como si alguien hablara con nosotros. Y en tono profético nos dijimos “el hombre son palabras”, nos encontramos con una escritura fuerte donde la autora muestra que sin miserias un hombre vive atormentado.

Asume el oficio de la poesía para dibujar con la palabra como si fuera un lápiz fino, cada instante de su vida.

Con paciencia impone a la inspiración, el latido de pequeños recuerdos que recorren la memoria. De pronto la ternura familiar, la infancia son retratados tan íntimamente que por un momento pareciera que estuviéramos allí, invitados a vivirlos junto a ella.

Cual si fuera Odiseo partiendo de Ítaca y sin poder regresar por la furia de los dioses, la autora descubre en cada páramo, donde todo su ser literario descansa, el sentido de lo inevitable y está obligada a sumar, nombres y olvidos.

Perdida en la orilla de la imaginación, construye la mirada de sí misma con las sobras de la marea alta.

La ansiedad impresa en la metáfora denota un tiempo interior agitado.

El deseo es un motor que trastoca la realidad, al impulsar la escritura a conjugarla con sus ilusiones y sus sueños.

Inés Barrio es una poeta que esculpe con dulzura diferentes momentos de una vida y con todos sus signos vitales alertas, ingresa desnuda a las aguas profundas evocadas por su niñez.

Con audacia enfrenta a la memoria, a la nostalgia, e intenta volver a la realidad, a la de todos los días, a la que se niega a salir del encierro y sólo en la complicidad narrativa deja ver su figura, caminando hacia el silencio de la escritura.

Con un estilo que se acerca a un estado de ensoñación, la realidad interior es trazada por los vaivenes anímicos del amor, que ha dejado una huella invisible, cual si caminara del pasado engañoso a un futuro posible.

La enajenación frente a la experiencia del dolor vivido, se hace presente con un discurso a veces ácido que intenta escarbar en una profundidad que solo existe por el esfuerzo de olvidar lo que alguna vez fue una presencia concreta.

La muerte de su madre le hace decir “nunca tan intemperie la intemperie”

Corrige los errores al caminar y no vuelve atrás, surca con alas las horas quietas.

Este libro nos habla del tiempo y su pasaje, no se inquieta el poeta por verse crecer, su vida son los caminos que va recorriendo.

La libertad que encontramos en las palabras hace a su escritura decir “todo está bien como es”. Una sola palabra le encuentra a todas las palabras y entre ellas, encuentra los personajes de sus caminos.

Siempre hay horizonte en la poesía, sueños y nombres y destellos y penas extraviadas en su insistencia, e inmóviles orillas que de a ratos son la sangre de sus venas.

Decía Antonio Porchia “la poesía une, vincula” y así me siento hoy presentando tu nuevo libro al que doy la bienvenida entre todos nosotros con mucha muchísima alegría.

Lucía Serrano

PRESENTACIÓN

Cuando Inés me pidió que hablara en la presentación de su libro, usó una frase que me aludía, Quiero sangre nueva, me dijo. Al leer los poemas entendí que esa sangre corría por su libro, que acababa de salir de imprenta. Mi vida, los caminos, tercer poemario de una serie abierta por De tantos vuelos y seguida por Claveles españoles. Tres libros, donde la autora nos sumerge en una pluralidad que no ahorra ni malgasta, sino que toca lo humano con todo lo que encuentra a su alcance: el barro, las piedras, el pan, la muerte. Vuelos, claveles, caminos, usa lo diverso para dar cuenta de algo único e irrepetible: la vida.

Son tres los apartados que hacen con el tiempo una cronología propia. Están los comienzos, la infancia sostenida por miradas. Los otros y un tiempo para sentarse entre palabras atenta ante el llamar de la calandria y la respuesta del jilguero. Llegando hasta la máxima ceguera donde Nadie se ve crecer.

En una ocasión le preguntaron a Borges para qué servía la poesía, él a su vez replicó: ¿Y para qué sirve un crepúsculo? La poeta ahora en su turno dice que el crepúsculo sirve para volver, como lo hace la luna, como sólo ella con sus fases, sabe volver desde las sombras. Porque el tiempo no sabe volver, y aunque no miremos el reloj durante siglos, siempre llega la hora en que todos los pájaros cobijan su temblor en el follaje, la hora que elijen los lagartos para tomar el sol, la hora en que se rompen las crisálidas y baja la marea. No hay olvido, sólo inequívocas señales de la ausencia. Un tiempo marcado por amores, deseos, carne, perfumadas madreselvas.

Porque en la banalidad de la maquinaria hay un punto final, no es infinito el movimiento y la poesía lo sabe, por eso viene a decirnos algo de lo desconocido, y sin develar el misterio afirma: el sol blanquea la ropa, llorar alivia el alma, para la tos rebelde nada como el jarabe de cebollas. Amar, amar hasta que duela. Escribir muchas cartas porque la letra queda.

Una poesía clara y certera hasta el error, el naufragio, el adiós. Sin buscar explicaciones ni argumentos, sin más tesis para defender, no hay nada que esperar, porque esperar es el destino de los desamparados, de la curiosa simetría de los sueños, de las pausas, lo único cierto es la desnudez de la vida, de las palabras.

El libro se me propone como un viaje en donde nadie se queda nunca en ningún sitio y tal vez sea esa su mayor fidelidad a la poesía, continuar trabajando un deseo a través de las palabras, nunca sueltas de su salvaje galope. Habrá caídas, dolor puro de la carne, heridas abiertas cuando nada se puede entender, cuando se pierde la inocencia de los veinte años. Y los años, que hábilmente desgajan toda metáfora hasta el derrumbe. Hasta la belleza del derrumbe. Su escritura sobrevive sin ninguna placidez, su palabra no se acostumbra porque acostumbrarse es una casa a oscuras, acostumbrarse es una palabra irremediable que ojalá nadie aprenda, nos dice la poeta.

Otro poeta, Gabriel Celaya, definió a la poesía como un arma cargada de futuro y con ella te apuntaba al pecho y maldecía a quien no tomaba partido hasta mancharse. La poeta, en este libro, se mancha gota a gota de humanidad, no le interesan lo pensado ni lo bello, se arremanga entre tinieblas para hacer justicia por aquellos que caen rendidos como pájaros de plomo, se dispone a una fraternidad con el destino, una humilde cercanía con el hambriento, con el obrero y su sagrada inocencia, su amor incansable. En su escritura todos los hombres son palabras, toda la sangre, poema.

Renata Passolini

 

 

 

CALENDARIO

2010
Publicado un artículo de Helena Trujillo en La Vanguardia
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El fanatismo de Marca o el periodismo amarillo ya llegó al deporte
Señas de identidad
Sobre La Tortura
Sobre El Laicismo
Publican artículo de Virginia Valdominos en la Revista Sophia
Entrevista a Alejandra Menassa en "El Magazine"
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Menassa en la Revista "Respuesta"
2009
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