Periodismo de investigación
1. El poeta Miguel Oscar Menassa quiere casarse por la Iglesia
El poeta Miguel Oscar Menassa, candidato al Premio Nobel de Literatura 2010, para celebrar sus bodas de oro con la poesía, y en contra de EEUU e Israel, quería casarse por la Iglesia.
Sus familiares, en desacuerdo con la idea, le decían:
-¡Pero si los curas son todos unos ladrones! Tú nos enseñaste que la Iglesia está en contra de toda libertad, todo progreso, toda ciencia.
Después de estos contratiempos, Menassa encargó a la persona de mayor confianza que averiguara lo que había que hacer para casarse en la Catedral de La Almudena, de Madrid.
Lo primero que le dije fue:
-¿Se ha vuelto loco, Doctor?
-Bueno, más o menos, ahora soy cristiano.
-¡Ah, entonces no hay problema!
Así que me puse a ello. Pedí el teléfono, en información telefónica, y me dieron un número que resultó ser un fax. En el segundo intento, conseguí otro número donde me atendió una señorita del Museo de la Catedral que, ante mi pregunta, me pasó con una voz masculina que, claramente, era de un sacerdote.
-Lo siento, me dijo, en la Catedral no se celebran bodas.
-¿Y la del Príncipe, entonces? -pregunté.
-Sólo esa -me dijo, secamente.
Desilusionada, busqué otro lugar emblemático. La Basílica de San Francisco el Grande, pensé, era ideal.
Tras varios intentos en internet, de página en página, encontré un número de teléfono. Esta vez me atendió, a la primera, otro sacerdote.
-Hola, yo quisiera saber qué hay que hacer para casarse ahí.
-Tenemos dos requisitos -me dijo con voz grave. Un poco asustada, en un instante repasé sus posibles condiciones: certificado de bautismo, de primera comunión...
No tenía ni idea de dónde conseguir esos papeles, así que musité:
-Sí, dígame...
-Uno, que tendría que contratar a nuestros fotógrafos, no puede traer los suyos; y otro, que los adornos florales también tienen que ser de aquí...
-¡Ah! ¿Y nada más? -pregunté, incrédula.
-Bueno, tiene que pagar los 350 euros de la ceremonia...
-Ya, ¿y podría ser el 23 de julio?
-No, señorita, sólo tenemos un hueco el día 8 de julio, viernes.
Cuando le conté a Menassa estas conversaciones, me dijo:
-Entonces, no me caso, ¡Yo ya tengo hueco!
Carmen Salamanca