CARNAVAL DE LA TERCERA EDAD
Carnaval, en este libro, es una licencia poética
para hablar como nunca se ha hablado y, además,
de la tercera edad, cuestión de la que nunca se
habla, sólo se tiende a reglamentar, o bien, tomarla
como una mercancía y pensar cómo sacarle
la máxima rentabilidad.
Pero esta vez es el poeta Menassa, quien se ocupa de dejar
que la tercera edad hable; le presta su voz, su poética
y pone a trabajar un imposible que no cesará de
producir un posible y una posibilidad diferente para esta
denominada “tercera edad” que todavía
no existe y que después de este libro no podrá dejar
de existir.
“El poeta ajeno al ritmo de su corazón, marcha
al compás de las palpitaciones del universo”
Después de este libro habrá ocurrido algo
nuevo para el hombre y para la mujer, porque lo que no
sea orden poético no puede llegar a ser.
Menassa nos dice en otro de sus libros: “La poesía
no puede ser saciada por ningún dinero (aunque su
confort sea el más alto), ni por ningún sexo
(aunque su promesa sea la más bella). Por eso que
habrá sexo y habrá dinero, pero la poesía
no morirá, nos acompañará hasta el
final, porque la poesía es una manera fuerte de
vivir en el mundo, una manera valiente de los terráqueos
de mostrar a lo infinito lo que habrá sucedido.”
Y marca la diferencia entre una lectura poética
y cualquier otra, cuando escribe:
“El orden poético, la jerarquía de
una lectura poética, es lo que comanda en la escritura,
por eso que este libro es para leer, no se puede dar cuenta
de él con ninguna lectura, porque él mismo
es ya una lectura.”
También nos ha enseñado que la vida de un
creador es una vida para otros, y en este libro se muestra.
Se muestra que sólo hay ley del bien en el mal y
por el mal, que vivimos en esa mentira que nos propone
sustituir el goce por el bien, y como Freud nos enseña
en Malestar en la Cultura , sólo conseguimos entrar
en el mal y trabajar para él.
En este libro hay una propuesta: no se trata de ser mejores
de lo que somos sino de alcanzar la altura de lo humano,
estar a la altura de nuestros propios pies.
Devolver al goce su lugar y después la disciplina
viene sola, el bien no ocupará junto con el mal,
su polo dialéctico, todo el territorio, ni la producción
de los bienes comandará la producción de
lo humano.
Y como el poeta Menassa también es psicoanalista
nos habla de “los viejos gozadores”, porque
no quiere una vejez fácil y placentera, pues sabe
que el placer es un límite al goce, que el placer
no convoca el goce sino que lo desvía hacia la enfermedad
y la muerte prematura, incluyendo la muerte en vida.
En este libro se pone en acto el significante muerte para
hablar de lo propiamente humano:
“Pero en lugar de morir/ el pobre gorila se puso
a cantar: / Me han torturado/ y estoy cantando/ no caben
dudas/ un hombre soy.”
“La muerte quieta, / la muerte nocturna, / tal cual
una mujer/ se enamoró de mí. / Y dale que
dale/ me busca todo el día/ y cuando me encuentra
/ me quiere besar / y yo le digo: Muerte/ no seas asquerosa,
/ que la muerte no se toca / con aquél que va a
morir.”
La vía del bien no es trazada por el placer, Freud
nos enseña que el placer nos mantiene alejados de
nuestro goce. Por eso que este libro rompe la modalidad
del sacrificio, porque desde el psicoanálisis sabemos
que cuando empieza el sacrificio comienza la venganza,
sabemos que cuando queriendo la felicidad de mi consorte
sacrifico la mía, también se evapora la de
mi consorte.
En este libro sólo muere el Carnaval y cuando el
Carnaval muere todavía queda la Murga , queda la
palabra: “ La Murga vivirá siempre/aunque
muera el Carnaval”.
Amelia Díez Cuesta
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EDAD CRONOLÓGICA
SESENTA Y CUATRO
Sentarme sobre el cuatro y observar mansamente
cómo el llanto riega tierra fértil,
florecen a la vera del camino,
violentos tulipanes, seductoras margaritas,
adornando este roble fortalecido por los años.
Decir estoy de vuelta es cerrar la puerta a lo nuevo,
dar la espalda a la inquietante propuesta del deseo.
Es por eso que tal aseveración no entra en el calendario
futuro
que venimos construyendo en esta red que teje Grupo Cero.
Festejo con ritmo de murga
desgranando los secretos de la carne
en este carnaval que no es otro que la vida.
Con su efímera existencia de ave.
Volaré aún con mis alas mojadas
Sobre las páginas blancas
Para escribir una huella posible
Aquella que despúes que muera el carnaval
Atestigüe que sobre la tierra ha nacido un ángel
de palabras.
Olga de Lucia
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LA CARNE
Al cumplir 49 años
Esta vez, sí ha pasado el tiempo.
Una hendidura divide mi pecho
entre la exuberancia de las manos
y matrices de hembras, que alguna vez fui.
Nunca trepé por mi historia,
más bien, me complacía en exasperar
preguntas y remachar el presente,
como si jamás hubiese perdido nada.
Bajo la idolatrada piel,
caparazón omnipresente de mis despojos,
estrella de idas y venidas a lo infinito,
se destapaba, ahora, mi carne en titulares.
Había intentado esquivarla
ignorando su voracidad imprevisible.
Exenta de circunloquios, esa carne
exigía un lugar en mi alma.
Algo aturdida por el encuentro,
busqué en los archivos de mi ser
los útiles precisos para desmenuzar
tamaña invasión sobre mis huesos.
Hubo siglos de incertidumbre
donde ella apenas existía,
humillada, desaparecida, ausente
de aquella estructura de fibra y metal,
hebra y sarmiento, que se retorcía
sobre sí misma a espaldas del volumen.
Fueron tiempos de afilado perfil:
hasta mi sombra, alucinaba su extinción.
Después, el cosmos trituró proporciones,
pesos y medidas fueron alterados
bajo el capricho de los dioses que, impunes,
ensayaban su sarcasmo a mi alrededor.
Hoy, en el límite exacto de tu nombre,
quiero firmar la paz: compartiremos
cuerpo y palabra, sin tiranía,
hasta que el tiempo diga: se acabó.
Carmen Salamanca
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DOS
MUJERES CUMPLEN AÑOS
Un comienzo nace rigurosamente nuevo
como si lo hiciera desde hace siglos,
como si no hubiera sucedido jamás.
Dos mujeres hechas en palabras escritas,
entre letras siempre vivas, entre varias pasiones,
dos mujeres abiertas a un futuro incierto.
Catorce veces ocho y un sueño encabezando
la distancia a tierra, la diferencia que dista
entre una vida calculada y el goce de vivir.
Se abren las bocas y se cierra la oscuridad
que ciñe los surcos intransitables del ocio
los garfios de la nostalgia marchitada.
Caían sobre el trabajo como el mañana
sobre los bordes del ahora, como la risa
sobre las bocas más preciadas del siglo.
Entre todos los sabores saben distinguir
que ninguna soledad es compañía,
que alguna historia llevará su marca.
Dos mujeres en la fila de la Humanidad laboriosa
se dejan notar , se abren de par en par,
y haber nacido y dejar nacer constituyen su algarabía.
Amelia Díez Cuesta
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A OLGA DE LUCIA EN
SU 64 CUMPLEAÑOS
Lanzas los dados, y un seis y un cuatro señalan el camino,
inauguran una belleza inconocida, belleza de seis décadas
y cuatro diamantes incrustados al costado de tu noche.
Clamorosos, tus sesenta y cuatro años se alzan
sobre el vacío de las horas por venir
se enredan primorosos en tu pelo azabache,
hacen brillar de tiempo tus pupilas.
Como vino en la barrica de los versos,
los días coronan tu beldad.
Gracias madre, por acunar en tus manos mis sueños y dejarlos volar
por conducirme a las puertas del amor y mostrarme caminos del deseo.
Tierra generosa y fértil donde crecer al abrazo de tus gestos.
Se abren tantas puertas como años al futuro luminoso,
recién nacida estrella de sesenta y cuatro intensidades.
Alejandra Menassa
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A CARMEN SALAMANCA
EN SU 49 CUMPLEAÑOS
Compañera de las destilaciones de la letra,
hacedora de versos por los campos de Castilla.
Rigurosa en tu ejercicio de estrangular los verbos
y pulir adjetivos hasta obtener diamantes de carbónicas rocas.
Dispones de mis pasos para transitar juntas
las sendas creativas, camarada de versos.
49 amores se pliegan en tu cuerpo
como flores carnívoras, engullendo el silencio.
Alejandra Menassa
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Poema cumpleaños a Olga de Lucia
Si 64 años tuvieran un delicado perfume,
unos ojos voladores, y una vida para festejarlos.
Si 64 años fueran una palabra
habrían de llamarse Olga.
Kepa Ríos Alday
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Poema
cumpleaños Carmen Salamanca
Bajo tus ojos abrió los ojos mi primer poema.
El primer regalo
se diluyó en tu silencio,
y tuvo consecuencias: Un poema semanal
para hacer boca, para hacer vida;
un poema en cada excusa,
en cada cumpleaños...
Ahora, tus cuarenta y nueve,
y los que te rondaré morena:
Cantaremos, bailaremos,
reiremos, gozaremos...
Si podemos publicar.
Kepa Ríos Alday
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FRUTA PERFECTA DEL PORVENIR
Para Olga en sus 64 años poéticos
Más años hacen tu sonrisa más
bella
y tus palabras medidas van haciéndose sabiduría.
Intensa tras tu aparente calma
tu quietud permite al volcán
que siempre te acompaña,
iluminar, lava y llamas, la noche.
Eres para todos nosotros, el ancla
la playa segura entre tormentas.
El amor tejió sobre tu piel
explosiones siderales
remansos de paz tras la guerra..
Un día diste todo: Tu juventud, tu belleza, tu silencio
tus palabras futuras, tus hijos por nacer
a la sabia locura del poeta.
Versos enigmáticos y bellos puntúan tus años.
Marcan el camino de la libertad.
Claire Deloupy
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ACRÓSTICO para CARMEN SALAMANCA
En sus combativos 49 años…
C anto que nos deleita con su amable voz
A la poesía toda entregada
R eina sobre los libros
M etódica y afanosa
E ficiente como nadie cuando de editar se trata
N os has de sorprender mucho todavía
S e levanta cada mañana
A rdiente y dispuesta:
L a poesía la espera.
A ma a las letras, a las palabras.
M ujer de armas tomar
A mbiciona para el Poeta lo más alto
N ada la detiene en su afán editor
C onquistadora de sombras es a sus 49 años
A rtista vertiginosa
Claire Deloupy