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El psicoanalista jubilado
 
 
 

 

12 de febrero de 2016

El Mundo se suma al carro de las desviaciones del psicoanálisis

Por si teníamos poco con El País y la Roudinesco El periódico El Mundo se busca su propia “psicoanalista” para darnos una explicación acerca de cómo la relación que tenemos con el sentimiento de culpa, dicen, es la que nos define como individuos. Y esto lo afirma la Señora Durán en su nuevo libro.

La “psicoanalista” confiesa que asimiló mal la teoría del inconsciente, la asimiló por la fuerza y le está causando problemas. La culpa es un dique que nace con la represión de la sexualidad en el periodo de latencia del desarrollo psicosexual junto con otros diques como la repugnancia, el pudor, la moral, la compasión.

Desde el principio del artículo habla de que el hombre es bueno y malo al mismo tiempo. Lo que dice el psicoanálisis es que en todo sujeto hay tendencias amorosas y hostiles y hacia las mismas personas. Eso no es ni bueno ni malo, es como es, nos define como sujetos y nos permite acercarnos y separarnos de los objetos de nuestro amor. Así que desde el principio del artículo comienza haciendo juicios morales como si hablase desde la culpa.

Entendió mal la citada señora lo de que los mecanismos psíquicos son los mismos en la salud y en la enfermedad y que la diferencia es una diferencia de cantidad. No comprendió que hay delincuentes por sentimiento de culpa, es decir, que cometen un delito para ser castigados y calmar su culpa y tampoco que el obsesivo siente culpa por algo que no cometió sino que fantaseó. Que la culpa ni siquiera es necesaria para la constitución del aparato psíquico, que nace con la moral rígida del Superyo y que se puede vivir sin culpa, de hecho se vive mejor, y se hacen menos cagadas.

Si hubiera entendido esto no diría que la culpa es una señal. La señal es la angustia y antes de todo acto sentimos angustia y después de todo acto culpa, sobre todo después de los grandes éxitos y en las mujeres después de gozar.

La culpa siempre es inconsciente y sabemos de ella por sus efectos en la realidad (llegan castigos desde lo social pej. Suspender un examen, una multa de tráfico, una discusión con la pareja, etc.), si conscientemente sentimos culpa, eso ya es remordimiento que es una forma de goce.

Y bueno, es verdad que la pandemia actual es la depresión, causa de la mayor parte de las enfermedades orgánicas graves como el cáncer, el sida, y en general cualquier enfermedad orgánica que necesariamente va precedida de una depresión del sistema inmunológico, pero que la problemática del mundo actual es la falta de apetito, donde la mitad de la población padece de obesidad y la otra mitad se muere de hambre, resulta muy discutible.

Y lo que es confuso es la idea que tiene sobre el narcisismo, como si fuese una entelequia. No necesitamos referencias morales, una moral rígida es la que produce la culpa y las enfermedades derivadas, lo que hace falta es una ética que incluya al otro, las diferencias y la propia mortalidad. Y no querer hacer el bien por ahí, porque si no quisiéramos ser tan buenos, seríamos mejores.

Por Virginia Valdominos

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