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El psicoanalista jubilado
 
 
 

 

13 de abril de 2014

Goleada por 4-0 del C.D. Grupo Cero y al A.D. Fútbol Sala Chinchón

JORNADA 28 (13 de abril de 2014)

C. D. GRUPO CERO ------------------------------ 4
A. D. FÚTBOL SALA CHINCHÓN ----------- 0

Un equipo de fútbol precisa un “rasgo común” para ganar un campeonato.

Para que todos los sujetos deportivos tengan grupalmente (al menos durante los noventa minutos) el mismo ideal que permite la victoria en cada partido, es preciso que todos esos objetos externos “los compañeros” se consideren como provistos de un rasgo común, es decir un significante que representa a cada sujeto para el equipo de fútbol.

El individualismo no es innato o malo, sencillamente es improductivo. Así como no es terrible el intercambio de sujetos en un partido o ser negociado en una institución. Y en dos temporadas hemos cometido un número de errores suficiente y necesario para seguir creciendo.

Un equipo de fútbol, como la vida misma, es imperfecto, incompleto, inexacto e imprevisible. Construir un club deportivo que al balompié gane y guste su juego es un proceso que conlleva mucho deseo, trabajo y algo de dinero.

La formación de los directivos es estructural en la organización, desarrollo y mantenimiento del club; la formación de los jugadores y cuadro técnico también lo es, tanto en la vertiente deportiva, laboral como académica. Por ejemplo los límites (tan importantes en el desarrollo del juego) se pueden aprender si se respetan los pactos.

No es fácil crecer jugando al fútbol. Son muchos los que bajan, los que pierden, los que nunca llegan. Son pocos los que ganan y sólo triunfan los que se mantienen.

¿Cuestión de pelotas? Los huevos en fútbol son “un vacío”. El cuerpo del futbolista, también se encuentra investido de libido y en cualquier decisión durante el partido es su deseo el que está en juego. Ese “vacío” es imprescindible para el juego, esa incompletud del jugador viene representada por el Falo, concepto psíquico que permite la equivalencia y el deslizamiento de la pelota de jugador a jugador.

Eso sí, hay que tener precisión, rapidez, velocidad y pericia con el balón. Es en grupo como se adquieren y potencian esas habilidades parciales.

Al fútbol se juega, regateando, engañando, provocando, flirteando. El fútbol es cosa de pillos, de viveza y se juega con y sin balón, ya que de los 90 minutos, no más de dos entra en contacto con el balón el jugador de campo, sin embargo todo el partido está regateando, provocando, engañando, jugando...Caer en la trampa del rival, te puede hace perder o ser expulsado.

No es por machismo o huevos que se gana, es por amor que se pierde. “Sueño de una sombra, el hombre” dice la célebre jaculatoria de Píndaro dedicada a los deportistas que vencían en los Juegos Olímpicos y que hoy rescatamos para los futuros encuentros.

Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
Especialista en Dirección Deportiva

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