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El psicoanalista jubilado
 
 
 

 

 

19 de enero de 2013

Ceremonia

Boda de Magdalena Salamanca y Leandro Briscioli


Leandro Briscioli y Magdalena Salamanca, acompañados por Lucía Serrano
y Enrique Salamanca, madre del novio y padre de la novia

Poema de Cruz González

Poema de Lucía Serrano

Poema de Carmen Salamanca

 


El novio espera a la novia en compañía de su madre.
Miguel Oscar Menassa les acompaña


Magdalena Salamanca hace su entrada acompañada de su padre


Lucía Serrano, Leandro Briscioli, Magdalena Salamanca y Enrique Salamanca


Los novios emocionados

Miguel Oscar Menassa y Leandro Briscioli Leandro y Lucía Serrano
Socorro Montes de Oca ofició la ceremonia Guido y Alexis hermanos de Leandro Briscioli


La concejala Socorro Montes de Oca hace la lectura del acta


Leandro Briscioli, Magdalena Salamanca y Enrique Salamanca


Intercambio de anilos


Cruz González leyó un hermoso poema para la ocasión


Lucía Serrano también leyó un poema


Carmen Salamanca puso fin al acto con un poema


Virginia Valdominos y Miguel Oscar Menassa


Pablo J. García, Laura García, Amelia Díez y Olga de Lucia


Francisco Ortíz, Pilar Rojas y Alejandra Menassa


Carmen Salamanca con su hermano Enrique



Los novios reciben la enhorabuena de familiares y amigos

REPORTAJE FOTOGRÁFICO DE HELENA TRUJILLO

A MAGDALENA Y LEANDRO EL DÍA DE SU BODA

Mi amiga Magdalena se casa y ya está todo preparado.

La casa sigue silenciosa como cuando ella se fue,
como si alguna vez hubiera vivido en ella
y hubiese dejado en sus paredes partículas invisibles
de voz que, al partir, se disolviesen sobre las letras
formando palabras que piden su articulación.

La sombra de mi sombra me llama y me muestra la hojarasca
y el invierno con nieve y bajas temperaturas.
Giro la cabeza hacia las letras y veo que se mueven al ritmo de las olas
y circulan a mi alrededor descubriéndome un cuerpo que antes no estaba
y me piden que lo nombre y te nombro y tú, sonríes tiernamente
mientras desapareces en un jardín florido
vestida de fiesta y acompañada de una multitud que te saluda
y sigues caminando hacia él y cuando estás a su lado
te ofrece su mano y tú extiendes tu mano
y la voz que os nombra dice sus palabras.

Otras voces hablan y cuando terminan
hablas tú y nos dices de tu gran emoción
de haberte hecho mujer al lado de ese hombre
y lo asustada que estás porque no sabes qué es tener un hijo
y te da alegría ese descubrir un nuevo ser en ti
y te ocupas de que para él haya palabras
que puedan algún día ser sus propias palabras.

La boda terminó y empieza el espectáculo:
el baile, las canciones y vuelta al amor.
La familia de unos y de otros viene a reclamar
la parte que le corresponde y tú les dices, junto con él,
que ya fue pagado el diezmo y que ahora se trata de nuevas palabras,
porque los acontecimientos que van a pasar, a pesar de haber pasado
millones de veces, es la primera vez que os van a pasar.

No es sencillo. Y a medida que hablas
el mundo es otro y ya somos millones más uno
y el día de tu boda tuvo su sentido
y ya pasó y la vida continúa.

LA BODA

Estoy muy emocionada y no quiero llorar
ya que mi amiga Magdalena se casa con Leandro
y me ha invitado a su boda.

Lo estipulado: la novia vestida de novia, el novio vestido de novio,
la concejala para casar y los padrinos, tradicional:
el padre de ella, la madre de él
como si cada uno pudiese lo imposible.

Un hijo de él con otra mujer y el hijo de ella, con él,
que les acompaña aunque aún no nació.

La familia de ella, la de él, los amigos, las amistades...
más de cien.

Ambos crecieron en el marco de una Escuela.
Ambos trabajan, son dos trabajadores.

LEANDRO Y MAGDALENA

Se podría creer que fue un viaje al extranjero lo que les unió
pero eso sería creer que el azar existe y sabemos desde 1900
que a cada azar lo construyen millones de palabras.

Es la misma sencillez que leer un poema siguiendo la puntuación
y el que lo ha conseguido sabe que no es tan sencillo.

Una simple boda, y sin embargo, una complejidad,
ya que cada boda tiene sus misterios.
Él vivía allá y estaba lleno de ilusiones y algunas se perdieron.
Ella vivía aquí y trabajaba todo el día en la construcción de una vida
donde las ilusiones no fuesen fundamento.

Dio mil vueltas la historia y costó romper las tradiciones
transformar las sombras en cuerpos
los soles en colores
la luz en claridad.

Hubo momentos donde todo parecía que iría a desaparecer
como si las palabras no fuesen suficiente amarre
para los cuerpos. Pero no eran simples palabras al viento
y tuvieron sus efectos sobre la realidad
y sostuvieron sus cuerpos y estos fueron otros.

Hubo pactos desde el comienzo
y la posibilidad de modificar los pactos, de ampliarlos
cuando la ocasión lo requería para que siguiera el movimiento.

Si preguntásemos, nadie sabría explicarnos
cómo es posible que dos seres tan dispares
hayan decidido casarse, formar una familia
compartir una vida en continua transformación.

Y, sin embargo, cada uno tendría una alegría
al comprender que es su deseo.
En el fondo hacen buena pareja y es lindo
que nos permitan compartir su amor aunque más no sea
en estos momentos y por unas horas... Y, ahora, hablo de mí,
me enorgullece haber estado al lado suyo viéndoles crecer.

Hicisteis el trabajo y corresponde disfrutar de los acontecimientos.
Queda aún mucha tarea y es mejor distribuir las energías.

Mañana es domingo y no hay que ir a trabajar, al desayuno
creeréis que la boda continúa, pero lo que veis a vuestro alrededor
hablará de vuestra nueva vida que ya no será la misma
después del “Sí, quiero”.

Cruz González Cardeñosa

……………….

NOSOTROS DOS

(a Magdalena y Leandro)


Aturdidos, sedientos, nos acercamos al ámbar natural
de nuestros besos y fuimos pájaros hambrientos por el vuelo.
¡Quisimos llenar con nuestros sueños todo el universo!
Fue una tarde tranquila, la de nuestro encuentro,
nos miramos de lejos para conocernos, fuertes, enteros.
Después el tiempo, donde juntos admiramos
aquel instante fugaz, su nombre austero,
magia del verbo, bello rostro de literatura y cielos.
Toda la vida era un corazón latiendo entre cornisas,
sin temor al entusiasmo señalado, ni camino imposible
de habitar, para nosotros dos, amantes del espejo.

Te quise y te quiero como un ave que despierta por el sonido
inmenso del silencio. Nocturno manantial desnudo, ardiendo.
Fue a tu lado, que tuvimos un cuerpo dispuesto a recorrer
gozoso el camino de las grandes arboledas y ocultarnos
después de haber visto brillar al último cohete en nuestro cielo.
Ala de altamar, farol nocturno que oculta la furia de los fríos,
caminata lenta donde andaré contigo encendiendo querido,
la risa de nuestros mejores besos.

Hoy, huésped de la neblina, vuelvo a estar parado frente a ti,
y derramo a tus pies esta locura de luciérnaga latiendo empedernida.
Porque sé que viviremos juntos el resto de los días, esta vida nuestra,
donde mensajeros fugaces nos cantarán al alba una canción de amor,
que irá siempre a nuestro lado, con nuestros pasos, derrochando la magia
de habernos conocido y tener nuestros planes invisibles, secretos.

Nada será mejor que eso.
Lira conmovida por lo cierto.
Azucena lunar.
Concierto en do menor, latido carmesí vibrando dentro.

Cuando te conocí, cerraron las heridas y nuestra corona no necesitó espinas. Construimos, del alma, un cántaro fresco, para saciar la sed de todos los caminos, que íbamos a recorrer juntos, algún día, tú y yo, amor mío.

Lucía Serrano

……………….

POEMA BODA MAGDALENA Y LEANDRO

Dicen que el amor habita bajo el muérdago,
entre los pliegues insensatos de la noche.

Que contigo pan y cebolla, mientras
el tiempo dibuja los rostros y su ardor.

Dicen que los dioses partieron la naranja
y que, después, hay que encontrar su mitad.

Que el amor todo perdona, y sus lances
olvidan la traición y el desamparo.

Pero los sabios, que todo lo escucharon,
nada creen del rumor de la colmena.

Y los poetas, eternos forjadores de sueños,
traspasando apariencias, desvelaron la verdad:

Amor y convivencia son aventuras diferentes;
hombres y mujeres son sus palabras pronunciadas.

Por eso, hoy, podemos estar felices:
Magdalena y Leandro dicen: Sí, quiero.

Carmen Salamanca

 

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