Periodismo de investigación
Hasta menos 

ES UN ARDUO CAMINO
Tiemblo, me digo, no es solo el calificativo de unas ramas.
Como los escarpines que se abrieron estampando huellas
así se agrietan mis ojos ante la reculada que un banderizo
encaja a la cultura.
Las últimas lunas eclipsaron, de las páginas, civilizaciones
para adornar un paisaje con buitres,
la música se transformó en solfeas de uralita,
los niños perdieron sus manos en los extraídos botes de pintura,
En el centro del ágora se incinera la crítica,
tules violáceos revisten los ánimos de incertidumbre.
Los trajes de mi almanaque han caído en desuso,
por eso he comprado el tejido de Penélope,
presta a andar más holgada en estos pedregales.
Amigos, éste es el escenario que hoy nos ciñe:
bajo escolta de un viento cismático entre las carnes
se abre un transitar por arduos caminos,
sin perder la pisada tenaz hasta que el crisol craquele
y nadie tiemble ante el guante tendido de un jeque obnubilado.
Por Ana Velasco