POESÍA Y PINTURA
El título de esta conferencia, Poesía y pintura, nos hace preguntarnos varias cosas, y lo primero es ¿porqué los han unido, qué tiene que ver la poesía con la pintura? Vamos a ver qué tienen en común.
Todos sabemos lo que es la pintura: combinar colores sobre una determinada superficie, para crear cuadros. La poesía es combinar palabras para crear poemas.
Es decir, en ambos casos se trata de combinar una serie de elementos para crear algo nuevo. Lo interesante de estas frases es el verbo: crear, que no es lo mismo que componer, constituir, descubrir, engendrar, erigir, establecer, fabricar, generar, hacer, imaginar, ingeniar, modelar, originar, producir o provocar.
El verbo crear tiene una particularidad, y es que está íntimamente relacionado con el arte. Todas las artes, incluidas la poesía y la pintura, lo son porque crean, es decir, producen algo nuevo, algo que no existía antes.
Hay un aforismo de Johann Wolfgang Goethe (1749-1832, Poeta y dramaturgo alemán) que es muy claro al respecto: "Si yo pinto a mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte."
Esto implica otra de las características del arte, y es que se diferencie en algo de la realidad. En esa diferencia está el acto creativo, y que es personal para cada ser humano, es decir, diferente.
Federico García Lorca (1898-1936, poeta español) decía: "Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio."
Otra cosa que tienen en común es que ambas se trabajan combinando una serie de elementos: colores o palabras. Y, realmente, las combinaciones son infinitas, vamos a ver porqué.
¿Podríamos decir cuántos colores hay?
El color es una percepción visual que se genera en el cerebro al interpretar las señales nerviosas que le envían los foto receptores de la retina del ojo y que a su vez interpretan y distinguen las distintas longitudes de onda que captan de la parte visible del espectro electromagnético. Cuando existen alteraciones en este mecanismo, se produce lo que se llama daltonismo.
Es decir, los colores son infinitos puesto que la disgregación óptica de la luz es infinita.
Precisamente por eso, la variación entre color y color se reduce a un cálculo infinitesimal.
Sin embargo, así como existen diferentes tonos, timbres y sonidos, pero en la nomenclatura se utilizan sólo siete notas, en los colores sucede lo mismo. Además, la gran parte de los colores no son visibles para el ojo humano: infrarrojos y ultravioletas.
Eso respecto a los colores, pero ¿qué pasa con las palabras? ¿Cuántas palabras hay?
Ni 10.000, ni 30.000, ni 50.000... El idioma español, (lo correcto es decir castellano, puesto que en España también están el gallego, el catalán, el euskera, etc.) puede superar perfectamente las 300.000 o 400.000 palabras. Recientemente se calculó cuántas tenía la lengua inglesa, y era una cifra similar, por lo que en castellano puede ser posible que se alcancen el doble o más.
¿Porque? Porque muchísimas están en desuso, porque un diccionario solo recopila una pequeña parte, porque otras han ido variando a lo largo del tiempo.
Pensad en una obra como El Quijote. El castellano que allí aparece, aunque antiguo, no implica que esas palabras ya no existan. Existen, pero no se usan. Hay miles de palabras sobre las que podríamos dudar de su vigencia, pero es difícil excluirlas, simplemente han quedado fosilizadas o son arcaísmos, pero son castellano.
También habría que añadir una gran cantidad de regionalismos; y todas aquellas palabras que se pueden obtener por derivación, al aplicar correctamente las reglas de formación de palabras del idioma.
Además, habría que contar también las palabras o expresiones propias de Argentina, Bolivia, México, etc... También son idioma castellano. Por tanto, el cálculo que hicimos al principio puede llegar, en este momento, al millón y medio de palabras.
Casi se podría decir que el número de vocablos es infinito, porque bastaría agregar adecuadamente un elemento compositivo a un vocablo existente para producir el siguiente: chico, chiquito, chiquitico, chiquirritico, chiquillo, chiquitín, etc.
Entonces, si los colores son infinitos y las palabras casi también, podemos estar seguros de que sus combinaciones sí que son infinitas.
Las artes, en general, permiten al ser humano comunicarse con otros seres humanos a través de la distancia y, también, a través del tiempo. Son, podríamos decir, lenguajes universales.
Esto es especialmente notable en referencia a la poesía, aquí parece más claro que en otras disciplinas. Ya en el siglo 4 antes de Cristo, Aristóteles (384 AC -322 AC, filósofo griego) decía: "La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder".
Hoy, 25 siglos después, el poeta Miguel Oscar Menassa, que es un gran estudioso de la poesía, le da un giro a la cuestión cuando dice: "La poesía es la verdadera historia de los pueblos".
Y esto que acabamos de decir es muy importante. Que dos escritores puedan comunicarse a través del tiempo, es decir, que 25 siglos después uno pueda contestar al otro, quiere decir que la escritura perdura a través del tiempo.
Pero ¿para qué sirve pintar o escribir? ¿qué utilidad tienen para el ser humano?
Sigmund Freud que, además de médico, era un gran investigador de la naturaleza humana, nos explica que, en los niños, el juego es una actividad fundamental para su salud y su crecimiento. A través del juego, los niños crean situaciones, historias, ficciones, que les producen una satisfacción especial, que no se puede comparar con ninguna otra. Es decir, desarrollan su fantasía.
Al hacerse adultos, tienen que abandonar esa forma de disfrute. No estaría bien visto que yo misma, ahora, agarrase una escoba y la montase como un caballo. Es decir, hay una presión social que hace que, al crecer, haya que dejar de jugar, al menos en público, de esa manera.
Y aquí viene lo interesante: el juego es puesta en acto de la fantasía y, como no se puede dejar de fantasear, aunque se crezca, hay que sustituir esos juegos por otros. Y para los adultos, el mejor sustituto es jugar con las palabras, que eso sí está permitido. Porque la poesía es, en esencia, eso: jugar con las palabras.
¿Y cómo se hace eso de jugar con las palabras? ¿Cómo se puede aprender?
Lo primero y esencial es familiarizarse con la materia prima, con las palabras. Esto se consigue de una manera muy sencilla: leyendo poesía. Hay que leer y leer, y después escribir. Todo esto, con la misma seriedad con la que un niño juega, diferenciando fantasía de realidad.
Esto último es una buena noticia para nosotros, para nuestra futura o presente existencia de adultos. No desperdiciemos la oportunidad.
Carmen Salamanca Gallego
Resumen:
- Las dos crean realidades que antes no existían.
- Los objetos producidos se diferencian de la realidad.
- Las combinaciones de sus elementos son infinitas.
- Sirven para comunicarse con los otros a nivel universal y atemporal. Es un lenguaje universal que perdura a través del tiempo.
- Escribir es jugar con las palabras.
- La poesía es una manera fuerte de estar en la vida. Miguel Oscar Menassa
- Una pintura es un poema sin palabras. Quinto Horacio Flaco (65 AC-8 AC) Poeta latino.
- La pintura es poesía muda; la poesía es pintura ciega. Leonardo Da Vinci (1452-1519) Pintor, escultor e inventor italiano
- La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos. Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio
