NO SOY COBARDE Y SOY UNA MUJER
Al cumplir 38 años
No soy cobarde y soy una mujer.
Por eso, desde hoy,
cargaré mi revolver estelar,
lanzaré piedras contra el cielo,
porque una mujer, al cumplir 38 años,
toma el amor entre sus manos
y ensaya, con insistencia, su puntería.
Palabras como balas disparadas con precisión.
Nada de ser una mujer fútil, sin prestancia,
quiero, para mí, las mujeres, la suma de todas.
Histórica, desde hoy,
mujer de bandera, amante de la patria,
mujer de calibre 38, con clase y elegancia,
cabalga la noche a lomos de la luna,
como tierna gacela
que se contonea frente a su hombre.
Y no piensen que soy de gatillo fácil
pero una mujer, al cumplir treinta y ocho años,
ha de reconocer el amor que realza su belleza.
También quiero a la mujer por excelencia,
la que pule, con tiento, cada rincón de su cuerpo,
y sabe que fueron necesarios todos los años vividos,
todos los hombres creados, todas las sonrisas,
para poder escribir este poema.
Ya de joven, en el comienzo de la lucha,
apuntaba maneras:
el estallido del deseo, la ferviente batalla.
Y aunque, hoy día, todos los tiros
salen por la culata, lo seguiré intentando,
mancharé mis manos de ternura,
ajustaré mi corazón, y seguiré,
renglón a renglón, ascendiendo
por las contorsiones de la poesía.
Soy una mujer y no soy cobarde.
Magdalena Salamanca
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PARA MAGDALENA EN SU 38 CUMPLEAÑOS
Madrid se muere hoy por besar tus 38 labios.
últimos resquemores se despedazan para dejar pasar
briosos, los nacientes corceles de tu risa.
Tu futuro, como ígnea señal hecha de versos,
resplandece hasta enceguecer a la locura.
Lorca abraza tu cintura de junco milenario,
riegan sus ríos tu simiente de poeta,
te sonríe Vallejo de anchos hombros,
German Pardo con su invicta materia te sostiene
Orozco de atropellado tiempo te reclama,
y el gran vienés que descubrió la pólvora de las palabras,
te bendice esta noche, amada amiga,
que creciste conmigo entre palabras.
Nardo del mejor ramillete, celebramos tu fuerza
y tu belleza que sedujo a Neptuno.
Alejandra Menassa
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POEMA A MAGDALENA EN SU CUMPLEAÑOS
No voy a contar nada que ustedes ya no sepan.
Voy a tomar una silla, compuesta de algunos pájaros,
que de tanto en tanto encuentran su tierra y sonríen,
de algunas montañas sin nieve en la cima,
de una breve brisa en el momento oportuno,
y la miraré desde lejos,
creciendo al compás de versos certeros,
de pactos de fuego,
de palabras cumplidas al pie de la palabra.
Luego tomaré una silla, de esas que permanecen
en nuestra memoria sin pedir nada a cambio,
cercana y de vientos cálidos.
Y al mirar, veré que ella siempre ha estado aquí,
y me sentaré a su lado,
para que sigamos hablando, amando, viviendo.
Hernán Kozak
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LATITUDES DE PÁJARO
A Magdalena para sus 38 años
Antes de que el pasado exista
que las latitudes te prometan un vuelo
sobre el hechizo del camino,
antes de que tu voz cumpla
su reguero de libertad,
levanto mi canto,
destilado sobre el vértigo
y festejo tu mirada.
A tus 38 años
responde el grito del ala
¡vaya coletazo de viento!
Cuánto candor jugándose
en las manos de la profundidad.
Ese ramaje de verano que golpea
empapado de herencia.
Respondes a tu vida;
se han hundido las piedras
y cada locura ha acostado sus hojas
con amados dientes.
Ahora la visión concede al pasado,
un andén de bocas enteras.
¡Responde!
¡Indomable el continente!
Tantas veces te besé,
tantas como la fe que estrella sus paralelas…
… y sigues bailando con frenesí sobre la luz.
Clémence Loonis
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POEMA A MAGDALENA
Desciendo a los abismos de Dios,
veo tu cuerpo y despierto:
Han pasado veinte años,
miro hacia delante
y el porvenir te nombra.
Tu rostro muestra
la frescura del tiempo sobre la piel,
los amores, el trabajo, la vida.
Palabras transformadas
te dieron otro cuerpo,
papeles, sonrisas
y miles de conversaciones.
Amiga que te ha visto crecer,
compañera en momentos importantes
de la vida.
Me siento orgullosa de ti,
porque nada te fue dado
sin un trabajo de tu parte,
un trabajo intenso y cotidiano
que te fue permitiendo construir:
estudios, trabajo, amor, amores
y, en estos momentos de tu vida,
con la ceremonia del casamiento,
dar paso a una nueva familia,
entre otras familias
con las que compartir la alegría
de los recién nacidos,
y el trabajo que se produce,
inevitablemente, con la novedad.
Cruz González Cardeñosa
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LUNAS DERRAMADAS
A Magdalena Salamanca en su 38 cumpleaños
En el aliento de las horas,
ella encontró sutiles versos floreciendo
sobre el torso de una página desnuda,
seducida por impenetrables silencios, conjunciones enloquecidas
y algunos perfiles, que juegan al amor con las palabras
haciendo declinar la noche.
Ella, vertida como lunas derramadas,
en hilos de fugaces corduras,
hechizó el susurro del viento
tendiendo la sombra de los hombres.
Paloma Benito
