Ha ocurrido lo esperado, no por los hechos sino por el rebaño, que mira y no ve, que oye pero no escucha y además bala y no habla. Luego, el problema no es el pastorcillo sino los millones de ovejas que tienen el espíritu en franca hipoteca. En España para mucha gente el presente casi siempre es el pasado.
Un votante