ES ÉSTE EL LÍMITE DEL MUNDO
(Alguna memoria III - Raúl Gustavo Aguirre)
Máscaras de dentadura oblicua, farfullan ventosidades algebraicas,
constreñidas en pequeños paquetitos de sal, por si el conservadurismo fallara.
Ventrílocuas habilidades de dispensarios expansivos,
rememoran la oportunidad primera, donde el error mantiene oxidada la mente.
Son pocos los virtuosos del aire, pocas las luciérnagas del hemiciclo,
son nadie y todos a la vez, una sombra alquimista en medio de la contienda.
Corta y recorta la mirada, salva y ahoga la respiración, ruge la permanencia:
Han sido tantos los caídos que la victoria es perder.
¡No temáis! los fantasmas del hambre se han quedado sin empleo,
el espíritu de la bondad los numera a escondidas, por si decidieran revelarse.
Un labrador y su esposa cavaron una zanja para sembrar el miedo.
Tumbas de cartón y calles cama, amueblan la ciudad de delirios.
¿Compensa la jugada? El arbitrio se conserva en barricas de alto standing
como fragancias de opio que, silenciosamente, amparan la muerte.
Magdalena Salamanca