Periodismo de investigación
4. Viena en Guerra
Los grandes desarrollos en la implantación social del psicoanálisis, se han dado en muchas ocasiones, en movimientos migratorios consecutivos a las crisis sociales, guerras y demás autoinmolaciones interminables de la especie humana. Es decir, al producirse cambios en la escena mundial, entre guerras y genocidios sin distinción de género.
Un momento a señalar fue cuando en la Viena de tiempos de S. Freud, se publicó en un periódico la siguiente nota: “El psicoanálisis no es asunto de la ciencia es asunto de la policia”. Una ciudad clerical, enfurecida al ritmo de un escrito en el que Freud afirmó, que la iglesia católica estuvo a punto de desaparecer en el siglo XVI y se salvó por dos factores: la sífilis y Lutero.
Aunque se lo aconsejaron, él se resistía a emigrar. Sin embargo, los sucesos que se desencadenaron lo llevaron a replantearse su lugar de residencia. Poco después de la anexión de Austria a la Alemania nazi, cinco hombres de la SS golpearon la puerta de un piso, casa y consultorio del Prof. Freud. Las mujeres de la casa recibieron a la comitiva. Anna Freud fue a la caja de seguridad del domicilio y sacó 6.000 chelines, unos novecientos dólares de la época y se los entregó. La llevaron al cuartel donde fue interrogada durante todo el día. Cuatro de los cinco hermanos de Freud, murieron violentamente en los campos de “trabajo” o de concentración o de exterminio o como se los quiera llamar. Trece de sus familiares directos, emigraron. La editorial que publicaba sus libros fue destruida. Los libros fueron quemados en la hoguera pública. Por intermedio de la princesa y psicoanalista, Marie Bonaparte, y pagando una importante cantidad de dinero, pudo salir del país. Junto con él emigraron 102 analistas.
Sigmund Freud, de quien Thomás Mann dijo: “Es el fundamento del futuro”, al llegar a Londres y observar su consulta trasladada a Inglaterra y la casa instalada, dijo aquella recordada frase: “Todo está aquí menos yo”.
Jaime Kozak